Por Hefesto Vulcano. Los contras ya se relamen con solo pensar en el 10 de diciembre, Día
Internacional de los Derechos Humanos, deben estar pensando en sus provocaciones y cómo criticarán el socialismo en Cuba.
Eso no es nuevo, seguro piensan criticar a la seguridad social cubana, porque ayuda a los viejitos, no deja a nadie desamparado, alimenta a los hambrientos y les garantiza a todos un medio de vida.
Seguro hablarán de ese horrendo sistema educacional que obliga a todos los niños, sin distinción, a asistir a la escuela enfundando en sus limpios uniformes, el calzado lustrado y con una pañoleta de pionero.
Y qué decir de la salud, lo más probable es que censuren como le salvan la vida a un cubano accidentado con una transfusión de sangre gratuita, y los medicamentos en su mayoría hechos en Cuba, que le cuestan tan baratos, casi regalados si tenemos en cuenta el precio en otros países.
Es verdad que el socialismo tiene muchas cosas criticables, por ejemplo que te cobren una peseta por andar casi el 50 por ciento de la ciudad en ómnibus, lo mismo que cuesta un periódico.
Hay gente que están en contra de que los estadios y eventos culturales cobren tan poco, por eso no pueden estar con el socialismo.
Pero la vida es así, para ellos derechos humanos es vivir en el lujo de Miami, aunque la policía de Missouri te caiga a tiros porque eres negro; ellos dicen que eligen a su presidente, no sé cómo porque el sistema electoral americano es lo más raro del mundo, al punto que el candidato de menos votos pueda triunfar, como le pasó a Al Gore, cuando lo despojaron del triunfo.
Entonces ya deben tener los dientes afilados, aunque cuidado, porque hasta el New York Times se les ha convertido en enemigo, cuando llama a los “líderes” contras, ladrones y charlatanes. Se les pueden mellar los colmillos.
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