Uno de los cauces de agua más insignificante que
pueda existir es el arroyo de Galeano, pero cuantas preocupaciones ha generado
a los pinareños a través de la historia, desde la existencia del Comité Todo
por Pinar del Río hasta el día de hoy.
Y si digo el día de hoy lo hago con propiedad, porque los trabajadores de la unidad económica de base Mantenimiento y Saneamiento, liderada por Oscar Roque Hernández se ha fajado con el maloliente cauce que atraviesa un largo segmento de la capital vueltabajera, para dejarlo expedito antes de que lleguen las aguas.
Y si digo el día de hoy lo hago con propiedad, porque los trabajadores de la unidad económica de base Mantenimiento y Saneamiento, liderada por Oscar Roque Hernández se ha fajado con el maloliente cauce que atraviesa un largo segmento de la capital vueltabajera, para dejarlo expedito antes de que lleguen las aguas.
¿Y acaso hay una ancestral maldición? No,
simplemente personas indolentes que lo cargan y recargan de basura, objetos
inservibles, desechos de animales, como si se tratara de un vertedero acuoso
que va visitando un hogar tras otro desde cerca de Piezas de Repuesto hasta
perderse en el lado sur de la ciudad.
Es una labor titánica, como todas las que realiza
esa unidad económica, que tiene tremendo espíritu de trabajo y una gran
devoción por sus tareas, con un parque obsoleto y descontinuado –camiones
viejos con vida promedio de 30 años- para sanear las fosas de la provincia.
Solo 45 trabajadores en Pinar del Río se dedican
a la evacuación de fosas y estamos hablando de una población superior al medio
millón de habitantes.
Su labor es criticada por unos y menospreciado
por otros, tienen condiciones de aseguramiento material, medios de protección:
guantes, botas, overoles y buen salario, además de dieta cuando deben ir a los
municipios, pero trabajan con unos equipos verdaderamente indeseables.
Nadie quisiera tener que limpiar fosas, arroyos o
drenajes de residuales líquidos por lo que sanitariamente representan, sin
embargo Oscar y su gente lo hace.
Oscar no es un hombre de oficina, pero mi
insistencia lo obliga a permanecer en la búsqueda de los datos que necesito:
tienen nueve camiones para evacuación de fosas en la base provincial, de ellos
solo sirven cinco como “adultos de la tercera edad” así que imagínense sus
dolencias; uno está con el motor fundido, dos salieron para Santiago de Cuba el
pasado día primero para ser remotorizados y el noveno está pendiente de una
cabina y otro montón de piezas para coger la calle.
Con esos aparatos cumplieron en enero su plan de
1 467 fosas e hicieron una más; en febrero planificaron 1 467 nuevamente y
lograron 1 534.
Y a mi pregunta ¿la gente por qué se queja?
En el caso de los 10 municipios restantes las
personas para solicitar la evacuación deben dirigirse a las oficinas
comerciales de la UEB de Acueductos y Alcantarillados.
En la ciudad el lugar de recepción de solicitudes
es en la Oficina de la UEB ubicada en el reparto Llamazares, al final de la
calle Colon, o pueden hacerlo al teléfono 48752553 donde los atenderá Yudelkis.
Lo que ocurre es que algunos en lugar de eso,
llaman a todos los organismos para quejarse y no al lugar adecuado, además si
un sitio tiene prioridad es la capital provincial, “ y sigue Oscar, porque
tenemos un carro a tiempo completo para eso – explica- y si lloviera en exceso,
entonces reforzamos con otro que tengamos disponible.
“Lo que sucede con las fosas es que muchas no
cumplen con las condiciones exigidas, tienen defectos de fabricación, carecen
de medidas adecuadas, se derrumban paredes o las ubican en lugares donde se
hace muy difícil el acceso de nuestros equipos.
“A eso tenemos que sumarle las indisciplinas sociales, algunos construyen corrales para cerdos y hacen una derivación para su fosa y aparecen las tupiciones.
“A eso tenemos que sumarle las indisciplinas sociales, algunos construyen corrales para cerdos y hacen una derivación para su fosa y aparecen las tupiciones.
“Las tupiciones son muy comunes y nada tienen que
ver con el trabajo de evacuación, porque son problemas adicionales. Otro caso
es la falta de mantenimiento, unos limpian las fosas sistemáticamente y esas no
tienen problemas, pero las que están en el olvido y se sedimentan reclaman un
esfuerzo titánico”.
Estas valoraciones esclarecen parte del
horizonte, porque la aspiración es limpiar 15 cárcavas de este tipo
diariamente, cuando existen condiciones; incluso en una actividad que va contra
la gestión económica empresarial, porque se le cobra al cliente 12 pesos por
cada una, pero los gastos en combustible, salario y tiempo de los trabajadores
supera ese valor con creces.
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