José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.-
“Lapidan a transexual en Cuba” era el titular de un diario mexicano el
pasado 11 de mayo (1). La noticia hacía referencia a la muerte de
Yosvani Muñoz, ciudadano de 41 años, en la localidad cubana de Pinar del
Río, por el impacto de una piedra (2).
La nota, en diferentes versiones y con diferentes titulares, fue
reproducida en decenas de medios internacionales y en no pocas webs de
colectivos LGBT (3). En varias de ellas, se apuntaba incluso a un
asesinato “a sangre fría por lapidación”, en un caso de odio por
transfobia (4).
La fuente informativa era única en todos los medios (5), el portal
web de la bloguera Yoani Sánchez (6) que, curiosamente, publicó la
noticia el 11 de mayo, es decir, 16 días después de que se produjeran
los hechos –el 26 de abril-. De este modo, la hizo coincidir con los
actos de la VIII Jornada Cubana contra la Homofobia y la Transfobia,
impulsados en toda Cuba por las instituciones del país (7).
El objetivo era evidente: empañar la imagen positiva que, a duras
penas, va ganando Cuba en cierta prensa internacional por sus avances en
la lucha contra la intolerancia (8) y, de paso, poner en aprietos ante
dichos medios a su principal impulsora, la diputada Mariela Castro.
Pero volvamos a la noticia: ¿realmente es cierto que en Cuba
lapidaron a un transexual en un crimen de “violencia por prejuicio” (9)?
Todo parece indicar que no. Hoy sabemos, a través del periodista cubano
y activista LGBT Francisco Rodríguez que “dos hombres de 25 y 18 años
que declararon ser pareja fueron detenidos” y “están siendo procesados
por el delito de homicidio” (10). Según la confesión, su “objetivo no
fue matar a la víctima específicamente, sino que lanzaron piedras a
varias personas” en un parque.
La investigación parece alejar la hipótesis de un crimen de odio por
transfobia. Pero, ¿a cuántas de las miles de personas que leyeron la
noticia de la supuesta “lapidación” de un transexual en Cuba les llegará
ahora la noticia de su desmentido (11)?
Y es que en este caso la que ha quedado lapidada, una vez más, es la
ética periodística en algunos medios y la ya menguada credibilidad de la
llamada “disidencia” cubana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario