La
verdad no puede cambiarse, ni manipularse. La historia tampoco puede
trastrocarse. El propósito de este trabajo es presentar a la joven generación
de cubanos los sucesos acaecidos en relación con el penoso acontecimiento del
naufragio del remolcador “13 de Marzo”, hundido accidentalmente en la madrugada
del 13 de julio de 1994, como resultado de una colisión contra otra embarcación
perteneciente a la Empresa de Servicios Marítimos del Ministerio de Transporte,
mientras se encontraba en su persecución cerca de 7 millas al norte de la Bahía
de la Habana.
Lo
cierto de los hechos es que un grupo de delincuentes involucraron a numerosas
personas, 72 en total, entre ellas a decenas de niños y mujeres en el secuestro
de esta embarcación, la que se encontraba en el muelle, a sabiendas de que
misma no estaba en condiciones para navegar largas travesías, además de
presentar una vía de agua que auguraba su hundimiento. El secuestro de la nave
se realizó de manera ilegal, inutilizando el sistema de comunicación de la
misma con el fin de desoír los llamados de las autoridades cubanas exigiendo su
retorno y la peligrosidad de la desafortunada incursión.
Los
secuestradores pretendían llegar a los Estados Unidos en su obcecado empeño,
aun conociendo el estado técnico de la nave raptada y el enorme riesgo en que
ponían a las personas inocentes que sumaron a su alocada aventura.
Esta
irresponsable conducta provocó la muerte de 41 personas, incluyendo a mujeres y
niños, quienes perdieron la vida cuando la el remolcador se hundió. Fueron
rescatados 31 supervivientes, 20 de ellos hombres, quienes fueron sometidos a
un proceso investigativo para determinar la forma en que se produjo el
secuestro de la embarcación y otras acciones ilegales cometidas, así como para
determinar la responsabilidad legal de los involucrados. En el caso de los
niños y mujeres, los mismos recibieron atención médica y fueron enviados a sus
lugares de residencia.
En
realidad el accidente se produjo al chocar el 13 de Marzo con una de las
embarcaciones que le impedían la huida, en medio de la oscuridad y en
condiciones adversas de navegación. Las autoridades cubanas determinaron que no
hubo la menor intencionalidad de hundir el barco.
La
manipulación deliberada del trágico accidente por parte de los sostenedores de
la más criminal guerra ideológica anticubana, sobre todo presionando a algunos
de los sobrevivientes, es fabricar la versión de que el Remolcador 13 de Marzo
fue embestido deliberadamente por otras dos embarcaciones -los también
remolcadores Polargo2 y Polargo5-, a la par que fueron hostigados por mangueras
de agua a presión, provocando su hundimiento. Otra de las falsedades
sostenidas es la negación de auxilio a las personas que se encontraban en el
agua. Sin embargo, la verdad fue otra.
Todos
los miembros del personal de las embarcaciones presentes en el lugar realizaron
esfuerzos heroicos para salvar las vidas de estas personas, aun cuando las
condiciones de navegación y la fuerza del mar (Fuerza 3) hicieron dificultoso
el rescate.
Una
de las razones principales de este trabajo es presentar la verdad tal como fue,
sin tapujo alguno, respetando la memoria histórica, la cual no permitiremos que
nos tergiversen descaradamente. Los cubanos #TenemosMemoria y la verdad, por
dolorosa que sea, nunca nos ha asustado. Jamás podrá entenderse este penoso
accidente sin ubicarlo en su correcto contexto histórico. Solo eso permitirá
deducir y asumir las responsabilidades de cada quien en torno al mismo.
A
Cuba le duelen estas víctimas pues eran parte de su propio pueblo. Fueron
mujeres y niños inocentes, conducidos hacia la muerte por un grupo
inescrupuloso de secuestradores violentos, e incitados por la política hostil
de un gobierno creador de la Ley de Ajuste, la cual abrió las puertas para que
se realizaran acciones de robo de embarcaciones y aeronaves, garantizando la
impunidad de los secuestradores al arribar a territorio norteamericano.
Estados
Unidos manipuló el tema migratorio, usando al mismo como factor de
desestabilización interna y promotor de la indisciplina social, a partir de la
teoría de “la olla de presión”, con lo que se estimulaban las salidas ilegales,
el secuestro y la frustración de los ciudadanos cubanos –quienes por diversas
razones-, optaban por vías seguras para emigrar.
Junto
a esta política agresiva, EE UU mantuvo total indiferencia ante las acciones
terroristas realizadas contra Cuba en ese período por parte de organizaciones
violentas radicadas en La Florida. Solo en contadas ocasiones se detuvieron a
aquellos que venían a agredirnos, pero la justicia norteamericana los liberaba
de inmediato y sin cargo alguno.
No
es el gobierno cubano quien acoge a los secuestradores de barcos y aviones, no
es gobierno cubano quien manipula políticamente el tema migratorio. No es desde
Cuba que salen aviones y comandos terroristas para atacar objetivos en EEUU.
Salvo
los dos delincuentes que promovieron los penosos sucesos del secuestro del
remolcador, Cuba mira con respeto y dolor a todos aquellos que –murieron o no-,
llevan aún los lastres de aquel triste suceso.
La
política USA y la incitación a las salidas ilegales violentas.
La
historia de estos sucesos tiene lugar cuando la administración Clinton dedicó
sus empeños a incentivar las salidas ilegales desde Cuba, alentando a sus
ciudadanos por diversas vías, sobre todo usando a la falaz emisora Radio Martí
y todo el tinglado de fonías anticubanas. A la par, la SINA incumplió
–siguiendo las indicaciones del Departamento de Estado-, la concesión de visas
para aquellas personas que apostaban por una manera legal para emigrar.
Esta
política de incitación a la emigración ilegal provocó que en fecha cercana al
incidente del Remolcador 13 de marzo, se produjera el ingreso a EE UU de
alrededor de 5 000 personas que usaron el canal ilegal marítimo, en franca
violación de los acuerdos migratorios establecidos con Cuba.
La
siguiente tabla, sobre la base de informaciones del Servicio de Guardacostas
norteamericano, establece cómo las autoridades de ese país, particularmente
durante la administración del presidente Clinton, permitió la emigración
ilegal, en comparación con momentos anteriores, caracterizada en su mayoría por
robo violento de embarcaciones, asesinatos cometidos contra personal de
seguridad y otras acciones ilegales:
Casi
un mes después de los hechos funestos del 13 de julio, se habían producido 5
435 ingresos de ciudadanos cubanos que salieron ilegalmente del país. No
obstante, la administración de Clinton mantuvo su política de permitir el flujo
migratorio ilegal. Las declaraciones del entonces vocero del Departamento de
Estado, David Johnson, emitidas ante estos hechos, mantiene el mismo patrón de
política asociada a bendecir esta irracional conducta migratoria: “Cualquier persona que abandone Cuba
puede adquirir la ciudadanía estadounidense con rapidez, ya sea por motivos
políticos o económicos.”
Por
su parte, las autoridades cubanas se mantuvieron en franco respeto a los
acuerdos migratorios con su contraparte norteamericana, impidiendo en 1993 la
salida ilegal de 11, 564 personas, mientras en 1994 (hasta agosto) impidió que
10,975 ciudadanos usaran esta vía ilegal.
Como
puede apreciarse, desde inicios de 1994 esta situación se agravó
peligrosamente, provocando que en los meses anteriores al evento del 13 de
julio de 1994, la opción de salidas ilegales marcara la principal forma de
emigrar hacia los EE UU.
A
partir de esas acciones provocadoras y el rejuego de la administración Clinton
con el tema migratorio, se agudizaron las acciones ilegítimas contra nuestro
país. Agosto de 1994 se inició con actos de violencia que provocaron el
asesinato de dos oficiales cubanos –el 4 y el 8 de agosto-, durante secuestros
de embarcaciones en forma violenta, siendo aceptados en EE UU, con total
impunidad, los perpetradores de estos actos criminales.
La
consecuencia de estas acciones fue la legítima decisión cubana de dejar de
proteger sus fronteras, lo que provocó un descontrolado flujo migratorio a
partir de ese momento. Esa fue una consecuencia de la actitud irresponsable de
la Casa Blanca. El 5 de agosto de 1994, Fidel declaró públicamente: “Si Estados
Unidos no toma medidas rápidas y eficientes para que cese el estímulo a las
salidas ilegales del país, entonces nosotros nos sentiremos en el deber de
darles instrucciones a los guardafronteras de que no obstaculicen ninguna
embarcación que quiera salir de Cuba.”
Acciones
terroristas bendecidas por Washington.
Diversas
acciones terroristas promovidas por grupos criminales de la mafia cubano
americana desde territorio norteamericano, se sucedieron en estos días
precedentes al evento del 13 de julio. Cuba denunció reiteradamente en diversos
foros estas acciones y mediante notas diplomáticas enviadas al gobierno
norteamericano.
Algunas
de estas acciones hostiles y provocadoras fueron:
•
2 de septiembre de 1993: Detención del ciudadano mexicano Marcelo García
Rubalcava, residente en California, EE UU, al tratar de introducir propaganda y
material explosivo, por indicaciones de la organización terrorista Alpha 66.
Sus objetivos eran la colocación de bombas en instalaciones turísticas y
realizar un plan de atentado contra Fidel Castro.
El
MINREX cubano entregó a la SINA su nota 275 sobre la actividad terrorista del
mexicano Rubalcava, quien sería excarcelado en mayo de 1994 y entregado a
autoridades mexicanas, a causa de su deteriorado estado de salud y mientras
purgaba una condena de 10 años de privación de libertad.
●
Luego de haber reclutado a dos ciudadanos de origen cubano para realizar
acciones terroristas contra instalaciones turísticas –Olfiris Pérez Cabrera y
Manuel Inda Ramos, quienes fueron neutralizados por la seguridad cubana-, la
terrorista Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) indicó a Percy Francisco Alvarado Godoy –agente de la seguridad cubana
infiltrado en este grupo terrorista-, la colocación de bombas y otras acciones
terroristas contra firmas extranjeras e instalaciones turísticas, así como la
planeación de un posible atentado contra Fidel.
El
agente Fraile de la seguridad cubana fue abastecido por Luis Posada Carriles y
Gaspar Jiménez Escobedo con explosivo suficiente para provocar la voladura del
cabaret Tropicana y otros objetivos turísticos en La Habana y Varadero.
●
El 29 de noviembre de 1993 el MINREX de Cuba envió la nota 1194 a la SINA en
relación con amenazas realizadas por el ya fallecido jefe de Alpha 66, Andrés
Nazario Sargen, en la que amenazaba con secuestrar a extranjeros en Cuba.
●
El 11 de marzo de 1994 se produjo un ataque por mar contra el hotel
Guitart-Cayo Coco, perpetrado por una lancha con terroristas de Alpha 66.
Hay verdades que no pueden ser ocultadas y que apuntan a la directa responsabilidad del presidente Clinton y de su administración sobre los hechos que provocaron el accidente del Remolcador 13 de Marzo.
Hay verdades que no pueden ser ocultadas y que apuntan a la directa responsabilidad del presidente Clinton y de su administración sobre los hechos que provocaron el accidente del Remolcador 13 de Marzo.
El
propio Fidel fue un cronista de la situación existente alrededor de los sucesos
que provocaron el secuestro y el accidente posterior que provocaron la
actividad violenta e irresponsable de los secuestradores, así como la responsabilidad
política de la administración Clinton por desarrollar una política migratoria
errada, la cual aún se mantiene a partir de la bochornosa Ley de Ajuste Cubano.
Todavía esa política propicia la deserción de médicos y deportistas cubanos,
permitiendo la creación de instituciones, mecanismos y legislaciones que la
fomentan inescrupulosamente.
Varios
de sus discursos e intervenciones sirven para lograr una visión íntegra del
contexto histórico alrededor de este incidente: Intervención de Fidel el 5 de
agosto de 1994. http://revolucioncubana.cip.cu/wp-content/uploads/2013/09/Comparecencia-del-presidente-Fidel-Castro-ante-la-Televisi%C3%B3n-Cubana..pdf
Intervención
de Fidel el 11 de agosto de 1994. http://revolucioncubana.cip.cu/wp-content/uploads/2013/09/Comparecencia-del-presidente-Fidel-Castro-ante-la-Televisi%C3%B3n-Cubana-y.pdf
Intervención de Fidel castro el 24 de agosto de 1994. http://revolucioncubana.cip.cu/wp-content/uploads/2013/09/Comparecencia-del-presidente-Fidel-Castro-ante-la-Televisi%C3%B3n-Cubana-y….pdf
El
próximo 13 de julio se cumplirán 20 años de este fatal incidente. Aún los
inescrupulosos y jurados enemigos de la Revolución Cubana mantienen sus añejas
e infundadas acusaciones contra nuestras autoridades, responsabilizándolas con
la penosa muerte que nunca debió ocurrir. Son los propios responsables los que,
paradójicamente, tratan de vendernos como culpables. Aún mantienen sus sucias
campañas cargadas de hipócrita sensiblería y promueven condenas inmerecidas
contra nosotros.
La
inmensa mayoría de nuestro pueblo, la que no se encanta ni deslumbra con los
cantos de sirena del capitalismo, se dedica este verano a disfrutar sanamente
de su democracia verdadera, de su libertad conquistada con sacrificio y
entrega. Ese pueblo ni odia ni guarda resquemores hacia el hermano que vive
fuera de sus fronteras. Al contrario, le recibe y recibirá siempre como parte
propia de él mismo.
Tomado del sitio Las Razones de Cuba
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