La alharaca de los de
siempre y como siempre sobredimensionando y tergiversando la información.
Ya he abordado el tema antes
con la intención de desarropar de la mentira a los anquilosados miembros del
Centro de Estudios Convivencia.
En un comentario anterior
sugerí a los “académicos” de Convivencia y a los redactores de 14ymedio que
ampliaran sus conocimientos en términos legales.
El afán de presentar a
Karina Gálvez como una víctima política ha sido tan desmesurado que han
terminado colocándole el cartel de mercenaria.
Repetidamente reiteran y
vuelven a reiterar que la vivienda ocupada a Karina era la sede del proyecto
Convivencia, algo intrascendente en el proceso penal y que la propia Karina afirma
no fue contenido de la sentencia.
Les parece injusta una
sentencia de tres años de limitación de libertad. Al parecer pretenden que la
premien por robarle al presupuesto del estado.
Ven muy abusiva la sanción
accesoria de comiso de la vivienda y todavía no ha quedado claro de dónde y
cómo Karina obtuvo 750 mil pesos para la compra de la casa y de dónde sacó
otros 125 mil pesos para repararla y amueblarla.
Seguramente no ha de ser el
parqueo de bicicletas ni la cafetería del portal la fuente de ingresos tan
sustanciosos.
Habría muchas preguntas que
hacerle a Karina y a Dagoberto y creo más, creo que las autoridades deberían
profundizar, investigar y esclarecer cada paso de la ruta del dinero.
Por lo pronto, como les dije
antes, sean dignos por un segundo, digan la verdad o guarden silencio.
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