He leído con
detenimiento varias veces la carta que Dagoberto Valdés escribió a Karina
Gálvez.
Si fuera
sincera esta misiva, reconozco que sería digna de compendiar en alguna obra
literaria. Desafortunadamente no lo es.
Un derroche
de halagos, exaltaciones, adjetivos en superlativo, todo un baño de
sobrevaloración que pretende enmascararse en apoyo a Karina.
Pudiera
pensarse que Dagoberto busca en verdad restañar su carencia de valor y coraje.