miércoles, 18 de octubre de 2017

Un punto para Pedro Perez


Cualquiera nos puede sorprender un día, y ésta vez el sorprendido fui yo. Leer algo como esto deja margen a las dudas, así q se los dejo a consideración. Se autoproclama opositor al gobierno cubano, pero tuvo ''pantaloncitos'' como decimos los cubanos, para decir unas cuantas verdades; espero un día no muy lejado dialogar con el autor del artículo que les dejo a continuación, (y q es a quien me refería hasta ahora).


EL JUICIO DE KARINA: TEATRO.

                                POR PEDRO PEREZ.

Puro teatro, como diría Freddy, la cantante. Performance de hipocresía. Ni los actores oficiales ni los incriminados se atuvieron a la verdad. El tribunal conocía que no se litigaba fraude fiscal. Los acusados sabían que su delito era otro. ¿Cuál?

K (Karina) invirtió mucho dinero en comprar una casa que nunca fue un hogar. Jamás hubo una cama en la casa, ni cubiertos, ni un retrato familiar. Nunca se reunió en ella la familia. Solo hubo reuniones de opositores y desafectos al gobierno. El furniture estaba compuesto por muebles y enseres de oficina, un enclave político con clara finalidad subversiva enmascarada por maneras y declaraciones de civismo.

La compra de la oficina (casa) la financió Miami. El dinero lo gestionó D (Dagoberto). El pretexto de la compra fue un tanque de pensamiento que serviría para diseñar el futuro capitalista de Cuba. En las primeras reuniones los pensadores redactaron proyectos de leyes con el fin de cambiar el statu quo nacional. Desde el primer momento propusieron cambiar la constitución, suprimir las fuerzas armadas y devolver a sus antiguos y legítimos dueños las propiedades confiscadas o nacionalizadas por el gobierno revolucionario. Estas propuestas fueron sometidas a la consideración de (y aprobadas por) la parte del tanque radicada en Miami.

K y D dicen que los que se reunían en la casa no eran políticos o no constituían un partido político. Pero no pueden negar que en todas las reuniones participaron dirigentes de los partidos de oposición de casi todas las provincias de Cuba. También estuvieron los infiltrados del gobierno, cosa que D considera un costo necesario y beneficioso.

K y D y el gobierno conocen muy bien que se trataba de un juicio político. D y K no deben negar más que su lucha es contra el socialismo totalitario castrista. El gobierno debe acusarlos de contrarrevolucionarios.

¡Basta de disimulo¡ D y K tienen derecho a luchar por sus ideas e intereses. Y la revolución tiene el deber y el derecho de defenderse. Sin codazos ni cabezazos. Rompan limpio, como aconseja el tercer hombre en el cuadrilátero.      

No hay comentarios:

Publicar un comentario