miércoles, 15 de octubre de 2014

Los impíos son presa de su propia ambición.

El director de la revista "Convivencia" señor Dagoberto Valdés Hernández, "laico católico", con profundas creencias en los "valores humanos", quien aboga por la "buena convivencia y el diálogo pacífico”, “luchador incansable por un futuro libre, democrático”, ha olvidado que la integridad guía a los hombres rectos, y que para Dios y la Iglesia el único eslabón fuerte y más importante es la Familia y se ha escapado de sus "profundas creencias" la educación de sus hijos, y la convivencia en armonía con su familia. Inmerso en la infinita dedicación a su proyecto independiente con personas de cualquier edad, jóvenes, mayores, católicas o no, unidas en tertulias cívicas no enseñaron nada a sus hijos. 


Actualmente Dagoberto Valdés (hijo), a quien todos cariñosamente lo nombran Daguito, se dedica a juegos prohibidos, y escándalo público, triste además las pésimas y nulas relaciones de padre e hijo. No se puede dejar de mencionar al profesional hijo Javier Valdés quien se dedicó a ejercer influencias para cobrar fraudes académicos, para beneficiarse monetariamente. 

La "ética y cívica" del señor Dagoberto Valdés se hace presa de su propia ambición, Dios odia la balanza falsa, de nada sirve ser arrogante para después sentir vergüenza. Nada ha aprendido de Dios, que es un excelente educador y se tomó siglos para darnos sabiduría. Dios no se equivocó cuando nos dijo, que la honradez les abre un camino recto a los hombres íntegros; los malvados se pierden en el de su maldad.

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