miércoles, 23 de diciembre de 2015

#PinarDelRío ''Pascuas sangrientas, triste página de nuestra historia''


En diciembre de 1956, hace ahora 59 años, la población de la región norte de la entonces provincia de Oriente, vivió días terribles, cuando a partir del día 24 fueron asesinados 23 revolucionarios de diferentes filiaciones políticas, cuyo objetivo común era luchar por la libertad de Cuba.
Esta matanza a la que el pueblo llamó las Pascuas Sangrientas, fue obra del siniestro coronel Fermín Cowley Gallego, Jefe del Regimiento 8, de Holguín, con el conocimiento y consentimiento del dictador cubano, Fulgencio Batista y del Jefe del Estado Mayor del Ejército, General Francisco Tabernilla.

Los crímenes de las Pascuas Sangrientas se iniciaron el 24 de diciembre cuando un guardajurado asesinó a la salida de la Planta de Níquel de Nicaro, a Rafael Orejón, quien era Jefe del Movimiento 26 de Julio en esa localidad nororiental. Asimismo, el 25 de diciembre fue detenido en una calle de Holguín, el Jefe del Movimiento 26 de Julio en esa ciudad, Pedro Díaz Coello, cuyo cuerpo apareció posteriormente pendiendo de un árbol, con señales de golpes, tortura y una puñalada debajo de las costillas.
Otros revolucionarias que fueron asesinados durante las Pascuas Sangrientas, fueron el militante del Movimiento 26 de Julio en Holguín, Luis Peña; el dirigente del Partido Socialista Popular en esa ciudad, Jesús Feliú Leyva; José Mendoza, fundador del Partido Ortodoxo en el barrio de San Andrés; el líder azucarero del central Marcané, Loynaz Hechavarría; así como el activo militante comunista de Puerto Padre, Alejo Tomás López.
En total los asesinados fueron 23 y el número pudo ser mayor si algunos de los que estaban en la lista negra no hubiesen escapado a tiempo de las manos de los esbirros al no encontrarlos en sus hogares, o porque se encontraban presos y no se les permitió a los soldados sacarlos de las cárceles.
EL sanguinario coronel Fermín Cowley, ejecutor directo de las Pascuas Sangrientas trató de justificar los crímenes en una nota de prensa del Ejército, señalando que los asesinatos habían sido obra de ajustes de cuentas entre el Movimiento 26 de Julio y los Partidos y Organizaciones Políticas de la región.
En los momentos en que la región del norte de la provincia de Oriente se cometían tan macabros crímenes en el otro extremo del territorio en la región sur, el mismo 25 de diciembre de 1956 más de una veintena de expedicionarios del Granma que habían logrado reunirse después del desembarco y del desastre de Alegría de Pío, en el lugar conocido por Purial de Vicana, partían para internarse en el firme de la Sierra Maestra con el Comandante en Jefe Fidel Castro al frente del naciente Ejército Rebelde para luchar por la libertad de Cuba como lo había prometido.

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