Por: Alexia Dearmas
Hablar de problemas o señalarlos es fácil, lo difícil es resolverlos:
Si los movimientos de manos y dedos que se invierten en escribir
sobre ellos, se utilizaran para tapar los baches de las calles, hoy no
habría que escribir sobre el mal estado de las vías.
Si la electricidad que se gasta en climatización, funcionamiento de
las computadoras y luces de los locales desde donde se escribe se
empleara en centros de trabajo que ven reducida sus producciones por
falta de esta energía, no se incumplirían algunos de los planes de los
que hoy se señala su atraso.
Si las neuronas que son gastadas en pensar largos tratados sobre
política, economía y sociología, de desacertadas conclusiones, se
utilizaran en estudiar el pensamiento de Fidel, hoy objetivos análisis
contribuirían a esclarecer las causas de los problemas y no a crear
confusión.
Si las toneladas de saliva invertidas en hablar sobre las carencias
de la educación se hubiesen derramado dando clases en primarias y
preuniversitarios, muchas de esas problemáticas estarían erradicadas.
Que nadie diga que es intelectual y su tarea es escribir, que existe
uno de alta talla, empeñado en sanear un rio, no con sus bellas
canciones, sino con acciones y sacrificios que merecen reconocimiento.
Ese es el camino correcto.
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