viernes, 18 de septiembre de 2015

#PinarDelRío ''El bloqueo exigirá definición de norteamericanos en la votación''

Cuba, como ha sido tradicional en los últimos años, insistirá nuevamente en la Organización de Nacional Unidas para que sus miembros se pronuncien sobre la necesidad de eliminar el criminal e ilegal bloqueo que perjudica a la economía y a los pueblos cubano y norteamericano.
Pero en este año se da una situación especial, la representación de Estados Unidos está en una encrucijada con diferentes variables. ¿Votará en contra de la resolución cubana y se alineará con lo más reaccionario del Congreso; cumplirá con los principios del Departamento de Estado que en estos momentos debe responder a su presidente Barack Obama, supuestamente opuesto a la obsoleta política o se abstendrá, dejando solos a los israelíes que de ser así no sabrían que hacer?

Si verdaderamente la actual administración está en contra del bloqueo como ha manifestado, se supone que el Secretario de Estado John Kerry curse instrucciones precisas, pero en un país con una política exterior tan indócil, es casi imposible diagnosticar con mucha antelación.
Lo real es que hace solo días el míster President, prorrogó por un año más la aplicación de la letra y espíritu del Acta de Comercio con el Enemigo para “tener más opciones para utilizar sus prerrogativas presidenciales”.
La presencia del Jefe de Estado cubano, General de Ejército Raúl Castro este mes en la Asamblea General de la ONU, la coincidencia de que hablará el mismo día que Obama en ese foro y la visita del Papa Francisco a Cuba y a Estados Unidos, donde se supone que de alguna forma se refiera al bloqueo, son elementos decisivos para la futura votación.
Podríamos decir que la victoria de Cuba está asegurada, como ha ocurrido sistemáticamente los últimos años, aunque de poco vale, porque la aprobación de la resolución no es vinculante y lo que verdaderamente necesita el país es que se elimine definitivamente el engendro.
El presidente norteamericano y su gobierno tienen que emplearse a fondo para lograr que el Congreso se interese y lleve el asunto a sus sesiones, también deberá hacer más énfasis en sus posibilidades ejecutivas, porque de lo contrario habrá grandes obstáculos en el camino de la normalización de las relaciones.
La votación de este año es vital, los Estados Unidos no pueden seguir esa mácula de su política exterior que ha lastimado a un país pequeño, vecino y que jamás los ha amenazado ni agredido, sin embargo los daños para Cuba superan los 121 mil 192 millones de dólares en más de 50 años.
La votación será el 27 de octubre, pero todavía estará el eco de todo lo que pase en las sesiones de septiembre y esperemos que el jefe de la delegación norteamericana, a tenor con la ética y la vergüenza, en la contrarréplica no se le ocurra justificar lo inexplicable. Seguro ese día Bruno Rodríguez dirá al mundo una vez más, cómo el bloqueo viola los derechos humanos de todos los cubanos, les niega los más sensibles medicamentos, les escatima comprar alimentos cercano a las fronteras, y todo por un país que pretende ser amigo de la Isla.
Cuba le reconoce a Obama los pasos que ha dado desde el 17 de diciembre hasta la fecha, pero entiende que se puede hacer más, porque como dijera Bruno en la conferencia de prensa en el Minrex, “Obama tiene posibilidades ilimitadas para modificar de manera significativa las restricciones vigentes y vaciar al bloqueo de su contenido fundamental, mediante el ejercicio de sus prerrogativas ejecutivas con determinación”.
Además, de lograr esos objetivos, no hay dudas de que dejaría un mejor sendero para la señora Hillary Clinton en su empeño futuro de llegar con los demócratas a la Casa Blanca, porque su marido plantó una mala imagen, cuando el 12 de marzo de 1996, con la firma de la Ley Helms Burton dejó codificado en ley el bloqueo contra Cuba y la madeja de órdenes ejecutivas que lo sustentan.

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