Como
cada fin de año se evidencia que allí también existe una grave parcela de
miseria. Miles de personas hacen una extensa cola para alcanzar un bono que más
tarde autorice entregarles una ración navideña.
El
Nuevo Herald lo describió así: este miércoles entregarán los vales, pero
desde hace 48 horas una cola para recibirlos ya estaba formada en
la Pequeña Habana.
Agregó:
Miles de personas llenarán las calles de Miami para la entrega anual de la
cesta de comida destinada a evitar que, para muchas de ellas, las Navidades
pasen inadvertidas.
El
Noticiero NBC6 entrevistó a la primera en la cola, Letty Rojas:
"Estoy aquí desde el jueves por la mañana, el mismo día del
Thanksgiving", dijo, aunque todavía tengo que esperar otros dos días.
"Es
algo que agradecemos mucho todos en la comunidad", dijo por su parte
Juanita Alvarez.
Docenas
hacen fila desde muy temprano con la esperanza de obtener uno de los vales que
distribuirán “por orden de llegada”.
La
señora Alvarez puntualizó que últimamente la economía “está realmente baja y
han reducido los cupones de comida".
Algunos
dicen que utilizan esos alimentos hasta para cuatro personas, mientras en otras
épocas menos críticas alcanzaban para más.
Las
actuales colas en Miami, subraya el Herald con cierta ironía, se han convertido
ya en una variante de la ciencia.
"Por
la noche me sustituye un familiar en la cola y entonces puedo irme para la casa
con mi hijo", dijo Lisa Portillo.
"Lo
que hacemos es rotar. Cuando hago la cola, la persona que me releva va a dormir
y luego yo vuelvo y la relevo a ella", declaró Alvarez.
Los
famosos vales serán distribuidos este miércoles y la entrega de raciones
alimenticias el día 16.
Estarán
limitados a uno por núcleo familiar, solo participarán adultos, deben presentar
su identificación y una tarjeta del Seguro Social para ser elegibles.
No
es fácil comprender esta situación en una ciudad como Miami, rica, llena de
inversores multimillonarios y valorada entre las principales del mundo.
Como
para afianzarlo todavía más, Inundada de lujosos edificios que exhiben azoteas
con parqueos de automóviles y helicópteros, así como de elevadores para
subirlos y descenderlos.
De
ahí el brutal contraste entre esas maravillas y las migajas que cada año hacen
llegar a su ejército de pobres para que miles tengan algo que llevar a su mesa
por Navidad.
No
en balde, según expertos financieros del Interest.com, los habitantes de esa
urbe luego de cubrir sus gastos del año solo pueden ahorrar como promedio 212
dólares.
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