Antes de que concluya el año, las 86
comunidades pinareñas que no tenían servicio eléctrico por lo difícil del
acceso, quedarán conectadas al sistema.
Con ello, se estima que solo faltarán
unas 1 600 viviendas por electrificar en la provincia, por no resultar factible
desde el punto de vista técnico ni económico.
Michel Casal, director de inversiones
de la Empresa Eléctrica del territorio, asegura que nunca antes se había avanzado
con tanta rapidez.
“La primera electrificación masiva que
realizó nuestra entidad fue en la década de los 80, pero no tuvo esta magnitud
-advierte Michel-, y en los últimos años, solo habíamos estado haciendo entre
dos y tres comunidades”.
Según el especialista, ha sido un
trabajo arduo, por la lejanía de la mayoría de los lugares. “Para llegar a
Jagua Vieja, por ejemplo, en el municipio de La Palma, hubo que tirar 12
kilómetros de líneas primarias”.
En total, para acometer la tarea, se
han tenido que colocar alrededor de 4000 postes, una cifra que normalmente se
utilizaba en la empresa en tres o cuatro años de trabajo.
Además, ha habido que instalar más de
250 transformadores y cientos de kilómetros de cable conductor.
El directivo señaló que otro de los
resultados del año, será la eliminación de siete tendederas y la
electrificación de 104 posiciones de riego para la agricultura, algo que
tampoco se había logrado antes.
“Todos los trabajos se hicieron con
fuerzas de la provincia, con el apoyo de los pobladores de las zonas
beneficiadas, quienes contribuyeron en la apertura de huecos, la poda o la tala
de la vegetación y el traslado de los postes, y la atención a los linieros”,
explicó.
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