Tomado de PostCuba
Por Marco Velázquez Cristo.
Digna de una obra del teatro bufo fue la
eufemística entrega hoy en la casa de la contrarrevolucionaria Rosa María Paya,
de un premio que nadie sabe en qué consiste, al representante
de la CIA ante la OEA Luis Almagro, ausente, por no tener la dignidad
suficiente para ser admitido en Cuba.
El magro escenario, dos sillas vacías, un escritorio,
los invitados, todos ausentes, en el caso de Felipe Calderon envió
para acompañar la soledad de la protagonista un mensaje de video agradeciendo
el gesto de invitarlo a la entrega de “tan honroso premio”.
El público, un “selecto grupo” de diplomáticos de
países europeos, habituales supervisores de estas piezas teatrales y un puñado
de corresponsales extranjeros acreditados en Cuba haciendo su trabajo.
El objetivo de esta “brillante” puesta en escena
cuyo guion, elenco y tramoya fue pensado, escrito y seleccionado allende los
mares, es orquestar una campaña mediática contra Cuba, acusando al
gobierno revolucionario de un supuesto abuso de las libertades civiles y
políticas en el país, para presionar a la nueva administración norteamericana a
revisar las políticas instrumentadas por Barack Obama con respecto a la
isla.
Si alguien duda de que ese fue el objetivo, lea
lo que deberá publicar el corresponsal que formuló la única pregunta que se
hizo en “tan significativa” función, a cerca de este tema.
Me atrevo a adivinar que dado el alto nivel de
desvergüenza y mercenarismo que logra alcanzar la puesta en escena de esta
“insuperable obra”, su protagonista, pudiera resultar galardonada en algún
festival de la ignominia o premiada con alguna buena remuneración monetaria,
algo que ya se ha hecho habitual en los últimos años. Esperemos.
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