Tomado de RazonesdeCuba
Por Lisbet Penin y Aymara Vigil
Si de
denuncias se trata, una vez más la mafia anticubana de Miami es la protagonista
en una provocación contra la Isla.
Este
miércoles, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba realizó una declaración oficial
que denuncia la provocación anticubana y evidencia el
plan previsto. Y es que en este caso hay varias personas y organizaciones
no gubernamentales involucradas. Entre ellas: Rosa María Payá, quien salió de
Cuba con el pretexto de “peligro para su vida”.
En esta
provocación Luis Almagro, Secretario General de la OEA (Organización de Estados
Americanos) sería el personaje principal, pues vendría a Cuba a recibir el
premio Oswaldo Payá, Libertad y Vida por su labor como defensor
de los derechos humanos y de la democracia.
Agrega el
documento oficial del MINREX, que los medios internacionales
de prensa se hicieron eco durante las últimas semanas de la intención del Sr.
Almagro de recibir este supuesto lauro “inventado por un grupúsculo ilegal
anticubano, que opera en contubernio con la ultraderechista Fundación para la
Democracia Panamericana, creada en los días de la VII Cumbre de las Américas de
Panamá, para canalizar esfuerzos y recursos contra gobiernos legítimos e
independientes en ‘Nuestra América’”.
La
organizadora de este evento fue la Srta. Payá, quien se encuentra en Cuba desde
el pasado 15 de febrero.
De
protagonistas y fines
Toda
historia que se haga- y aún más si de ficción se trata- debe tener un rol protagónico
y un fin. En este caso, los nombres y los propósitos se nos repiten cual
cuentecillo sin gracia ni inventiva. Y es que en cuestiones de campañas
mediáticas de descrédito, se suele acudir reiterativamente a fórmulas y
actores, si estos van en consonancia con el objetivo final.
Ahora le
toca el turno a Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá Sardiñas,
contrarrevolucionario que falleció en julio de 2012 en un accidente de tránsito
en el oriente cubano. La historia de la muerte de Payá poco tiene de místico o
detectivesco, como han querido añadir muchos. Sin embargo, el mismo deceso
sirvió, tristemente, de trampolín mediático para que su heredera, Rosa María,
se convirtiera en una suerte de luchadora por los Derechos Humanos en
Cuba, “víctima del régimen cubano” y representante de la
“disidencia”.
Esta
“activista cívica” salió huyendo de Cuba y se ancló en Estados Unidos bajo el
estatus de “refugiada política”, un término llevado y traído para los fines
anticubanos, pero que en la concreta, según el Departamento de Seguridad
Nacional, se refiere a aquellas “personas que están
fuera de sus países que no pueden o no están dispuestos a volver allí porque
temen daños personales graves”.
No hace
falta recalcar que, en este caso, como en muchos otros, el término de refugiada
le quedó algo grande a la señorita Payá, pues ha estado violentando su propia
condición al entrar al país en reiteradas ocasiones… y demás está decir, que
sin riesgo absoluto para su vida.
Como
suele suceder con los supuestos disidentes, apenas ponen un pie en los Estados
Unidos se convierten en meros instrumentos de la guerra mediática
contra Cuba, disfrazándose de los corderos abusados por el lobo del
“régimen cubano”. A Payá le tocó no solo la suerte de interpretar el tan
añorado papel, si no de contar con el apadrinamiento de personajes como el
senador Marco Rubio, quien enviaría de inmediato a su pupila a recorrer el mundo
con lacrimógenas y en extremo manipuladas historias sobre su país.
Hace
apenas unos días, como evidencia fehaciente de la supuesta persecución política
que no deja vivir en paz a los “disidentes” en Cuba, esta autoproclamada
activista civil, maletas en manos, se dio otro de sus tantos saltitos a La
Habana, pues, en sus propias palabras, el gobierno cubano
y las fuerzas de la Seguridad del Estado, “en términos de represión están cada
vez más agresivos” y en los últimos tiempos “se ha hecho evidente la
escalada de violencia contra toda la oposición cubana”.
Esta
joven es además la principal promotora del proyecto subversivo Cuba Decide,
reconocido como “una iniciativa ciudadana sin fines de lucro, no partidista y
plural conformada por todos aquellos que apoyen el derecho a decidir de los
cubanos”. Dicho programa busca fundamentalmente la realización de un Plebiscito
Vinculante como vía para un cambio de sistema en la Isla, a través de la
realización de unas supuestas elecciones “libres, justas y plurales”, mientras
que intentan erigirse como el “líder” de una cada vez más fragmentada
contrarrevolución cubana.
Payá es
además la presidenta de la Red Latinoamericana
de Jóvenes por la Democracia (RedLat), un instrumento manipulado por
la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) y financiada por
la NED.
Ella,
sacándole aún más réditos a la figura de su padre Oswaldo Payá, ideó un
reconocimiento homónimo, que según la propia organización busca reconocer “la
labor en defensa de los derechos humanos, la vida y la democracia lideradas por
una persona o institución”. Sin embargo, este premio, que no es reconocido por
el Estado cubano, y que concibe además la entrega de 5 000 USD al ganador, no
es más que una provocación bien articulada para, otra vez, poner a Cuba en la
palestra de la opinión pública.
Así lo
demuestra el otorgamiento del “lauro” al secretario general de la OEA, Luis
Almagro, bajo el argumento de la supuesta actuación destacada en “defensa de la
democracia, su coherente proceder ante las coyunturas políticas y sociales que
atraviesan algunos de los países en crisis y regresión democrática en
Latinoamérica”.
Esto
prueba fehacientemente la complicidad de Almagro con Estados Unidos en su política
contra los gobiernos de izquierda de la región, quien acepta el
recibimiento del premio por sus reiterados ataques a Venezuela.
Cuba,
Almagro y la OEA
En 1962,
la Organización de Estados Americanos (OEA) expulsó a Cuba de sus filas. El
motivo, muy simple: que la posición política de Cuba era incompatible con el
sistema interamericano de entonces, por lo que rompía con el sistema de unidad
y solidaridad continental.
En aquel
momento, las circunstancias eran diferentes. Cuba había iniciado un proceso de
transformación social que se distanciaba mucho de la realidad americana, por lo
que los gobiernos de derecha política e ideológicamente no estaban de acuerdo.
El año
2009 fue el elegido para que la organización revirtiera su decisión, solo que
la Isla mantuvo su negativa a retornar, teniendo en cuenta, las reiteradas
agresiones que durante décadas ha desempeñado este organismo hemisférico
como plataforma de Washington para ocupar y expoliar a los pueblos de América
Latina y el Caribe.
· Vea también La OEA y su traición a los pueblos de América Latina
Con Cuba,
la OEA tiene su historia. Con su consentimiento o con su silencio, se
desarrollaron los bombardeos en ciudades cubanas y la invasión mercenaria a
Playa de Girón en 1961, acciones orquestadas por el gobierno norteamericano.
En una
ocasión, el intelectual cubano Raúl Roa García, también conocido como el
Canciller de la Dignidad calificó a la OEA como el “Ministerio de Colonias” de
Estados Unidos. De hecho, “coincidencias” históricas revelan que Estados Unidos
rompió relaciones diplomáticas con Cuba el 3 de enero de 1962, y el día 31, la
OEA aprobó una resolución que excluyó a Cuba de sus filas.
Pero el
contexto actual es otro. No solo existe la OEA como organización regional, sino
que en el continente existen gobiernos progresistas, más comprometidos y los
pueblos tienen mayor sentido de independencia, además, ya surgieron bloques
alternativos como la CELAC, ALBA, MERCOSUR, entre otros, que
han servido para pluralizar ideologías y sistemas políticos, económicos y
sociales.
Una
América diferente encontró Luis Almagro desde que ocupó el cargo de Secretario
General de la OEA el 26 de mayo de 2015, sin embargo, desde el inicio de su
gestión, mostró posiciones hostiles ante gobiernos de la región, como es el
caso de Venezuela.
Cuando
asumió, Almagro prometió trabajar en el fortalecimiento de la democracia, pero
al parecer sus intereses, los de la OEA o los de Estados Unidos, se hacen
presentes e imperantes, pues en reiteradas ocasiones se han orquestado planes
de apoyo a la derecha venezolana y de otros países de la región.
Ahora un
punto y aparte. ¿Qué ocurre con Cuba?
Una
provocación…
Recientemente
muchos emporios mediáticos divulgan la noticia de que Cuba ha negado la entrada
de Almagro al país. ¿Por qué? Es una nueva provocación que busca convertirse en
un show mediático para desafiar al Gobierno cubano.
En una reciente nota publicada
por nuestro medio, relacionada con la declaración de la embajada de Cuba en
Chile, se percibe explícitamente que “a nuestro país le asiste el derecho
soberano de decidir sobre el ingreso al territorio nacional de ciudadanos
extranjeros y a defenderse de este tipo de actos injerencistas, dirigidos a
subvertir el orden jurídico vigente en Cuba”.
No solo
el mero otorgamiento del reconocimiento a Almagro prueba la manipulación
detrás de todas estas acciones. Además, se recurrió a la invitación a la
entrega del premio a figuras políticas de países como Chile y México, medios de
prensa y diplomáticos internacionales. Acciones que evidencian la burda
intención de crear una compleja situación política al gobierno cubano.
En
octubre de 2016, Luis Almagro y Rosa María Payá firmaron en Washington un
convenio de colaboración por el fortalecimiento de la democracia en Las
Américas. En este encuentro, ambos determinaron que en lo adelante, la OEA
cuestionaría la gobernabilidad cubana, en un alarde de prepotencia.
Hoy,
apenas unos meses tarde, se evidencian y se ponen en práctica las pautas
trazadas para entrometerse en los asuntos internos, buscando siempre la
desestabilización de la Isla. Cuba, por su parte, impedirá
soberanamente la presencia de todos aquellos que puedan
representar una violación a sus principios. Los asuntos internos de
nuestro país concernirán solamente al pueblo cubano, y la mano injerencista
internacional recibirá, cada una de las veces que lo intente, un manotazo moral.
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