Por: Katherin Méndez
La vorágine de la vida puede llevarnos a
olvidar cuestiones esenciales, que parecen intrascendentes por su
cotidianidad, pero son importantes para avanzar hacia el futuro.
A veces pensamos solo en los que nos
afecta y no en las cosas positivas, que nos benefician, quizás la
familia queriendo protegernos contribuya a esa forma de pensar.
Los mayores nos hacen daño cuando nos
crean cierto complejo de inferioridad, al mirarnos con tristeza, por no
tener la ropa o los zapatos que consideran adecuados para salir con
nuestras amistades o participar en una actividad, su amor los hace
olvidar lo esencial, como seres humanos tenemos virtudes que los demás
ven y los hacen querer compartir su tiempo con nosotros, eso es lo
importante.
Nos duele verlos preocupados por la marca
de los zapatos que llevaremos a la escuela, la calidad y estética de la
mochila, la belleza del termo o el pomo para agua o refresco. Sabemos
que el precio de esos artículos muchas veces es casi prohibitivo para
ellos, pero se empeñan porque piensan que nos veremos disminuidos ante
los demás. Olvidan que con zapatos, mochilas y pomos modestos, podemos
ser la mejor de la clase, algo que seguro los haría estallar de orgullo.