Tomado de PostCuba
Por Ileana González.
Los problemas de la prensa cubana, son
aprovechados para atacarla, se magnifican, manipulan y en ocasiones con
objetividad, se señalan sus carencias, que son diseccionadas hasta el
detalle.
Aunque neófita en tecnicismos
periodísticos, por el respeto que profeso a los profesionales de la
prensa cubana, siento en mi mejilla la bofetada que se da en sus rostros
y paso a opinar.
No voy a negar los problemas que la
afectan, ni a minimizar su impacto en la calidad de su trabajo, tampoco a
descalificar a los que desde posiciones honestas y revolucionarias los
han señalado, con el sano fin de ayudar a erradicarlos, para que esté a
la altura de las exigencias actuales, y sea un arma eficaz de defensa de
la Revolución, a ellos mi respeto.
Me referiré al oportunismo y la
hipocresía con la que algunos abordan estos temas, buscando convertirlos
en centro de atención en las redes sociales para sentar a dignos
periodistas en el banquillo de los acusados, cuando deberían ser ellos
los enjuiciados.
Si el encono en criticar, responde al
loable propósito de contribuir a eliminar los problemas que se señalan,
¿Por qué se emplean calificativos degradantes para referirse a los
medios estatales y sus periodistas?, ¿Por qué fueron publicados los
improperios de un conocido seudónimo tras el cual se oculta un
bloqueador de perfiles revolucionarios, validando sus prosaicos
planteamientos?. Cuando se denigra, no se extiende una mano amiga, sino
el puño cerrado para golpear.
Detrás de algunas de estas
“preocupaciones y señalamientos” se oculta la intención de presionar un
cambio de posiciones que favorezca los intereses de los que quieren
destruir la Revolución. Ese es el objetivo estratégico.
Cuestionar para preocupar, preocupar para
mover, mover para donde les conviene, esa es su táctica. Saben que
entre los profesionales de la prensa hay dignidad, respeto por su
profesión y por el pueblo, los emplazan censurándolos de forma tal que
perciban que su imagen se puede dañar y sientan la necesidad de
compulsar cambios, para escapar al descredito.
El primer cambio al que aspiran es lograr
separar la prensa del PCC, el argumento público es un dislate de
palabras que trata de ocultar el verdadero objetivo, mudarla de
ideología, privando a la Revolución de una de sus principales armas para
el enfrentamiento ideológico, la formación de valores en la sociedad, y
el esclarecimiento de la verdad, como dijera Fidel, “No vamos a creer
la fábula de que esos medios en Occidente están destinados a crear
valores de solidaridad, sentimientos de hermandad, fraternidad y
espíritu de justicia”.
El desmontaje de todo el sistema
organizativo y funcional de la prensa, para llevarlo a un diseño de
“prensa libre”, léase relajo mediático capitalista, al servicio de
intereses foráneos, es otro anhelo de estos “iluminados”, ellos la
quieren, al decir de Salim Lamrani, “con la minucia de un relojero,
silenciando todos los aspectos positivos que tiene la sociedad cubana y
magnificando todos los aspectos negativos”.
Pero nuestros periodistas,
no ceden y tienen su propia agenda para resolver sus problemas, que no
complace a seudoperiodistas, amigos de los enemigos de la patria, de ahí
la saña con que los atacan.
En estas cíclicas campañas contra la
prensa revolucionaria, participan muchos, cuyas practicas periodísticas
distan de ser éticas y honestas, unos, mentirosos y manipuladores
empedernidos, otros, verdaderos camaleones políticos, no faltan
advenedizos ajenos al sector, ni aprendices del oficio con ínfulas de
grandes comunicadores, tampoco irresponsables que ensucian su propio
nido, todos en comparsa complaciente con claros enemigos de afiladas
plumas.
¿Pueden entonces tomarse en serio los
planteamientos, mezclados con epítetos agraviantes de estas personas?
Naturalmente que no. Quizás por eso La UPEC no les responda.
Es una práctica habitual en estos
inquisidores, señalar de manera general problemáticas, sin dar elementos
concretos respecto a su existencia y magnitud, para acusar a la prensa
de guardar silencio sobre ellas. Se supone que tengan información de
estos temas, ¿Por qué entonces no la publican y demuestran su tesis?,
claro, sin utilizar términos abstractos, ambigüedades u otros
subterfugios que favorezcan la manipulación de la información, que ante
todo debe ser veraz, sin esconderse tras seudónimos para mentir
impunemente, sino como quieren que lo haga la prensa que censuran, de
frente.
Como es lógico no me estoy refiriendo a
los medios Miamenses, de esos todo el mundo conoce su calaña, a los de
aquí, al que le sirva el sayo que se lo ponga, no se ayuda a un amigo,
arrastrándolo por el lodo.
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