Por Javier Gómez Sánchez
javiergosanchez09@gmail.com
Es conocido que las cosas que no se atajan a tiempo, terminan después
convertidas en problemas mucho mayores.
Se ha hecho notorio en las últimas semanas el titulado “Caso Ravsberg”.
Alguien ha perdido la paciencia, no ha podido contenerse, alguien ha
estallado. No lo justifico, lo lamento y rechazo, como rechazo cualquier
alusión a una respuesta violenta a algo que tiene su origen en el terreno de la
opinión.
Y lo lamento y rechazo más que todo porque le ha hecho, en bandeja, un
tremendo regalo al Sr. Ravsberg.
Lo sucedido después lo conocemos: La maquinaria se puso en marcha.
Textos originales olvidados, titulares intencionados, post victimizados,
las publicaciones multiplicadas, la explotación beneficiosa, la utilización
política al orden del día, los cínicos llamados a la ética, las matrices
convenientes y finalmente, lograr las provechosas palabras resultantes de
varios intelectuales y artistas de nuestra patria.
El Sr. Ravsberg ha emitido en su propia web que ha quedado insatisfecho con
la respuesta y atención que le ha dado la UPEC a su caso.
Debo admitir que a pesar del profundo abismo ideológico, político y moral,
que me separa del Sr. Ravsberg, coincido plenamente con él porque -salvo honrosas
excepciones- no se ha asumido frente a él, como sí hizo en su momento Fidel
llamándole “el más mentiroso”, lo que el deber impone. Pero no ahora, sino
todas las veces que se debió haberlo hecho, con lo que probablemente no
estuviéramos hoy asistiendo al bochornoso nivel que ha tomado el caso:
-Cuando el Sr. Ravsberg dijo y reiteró que el ejercicio militar Bastión era
la respuesta del Gobierno Cubano a la elección de Donald Trump como Presidente
de los Estados Unidos, sin importarle las graves consecuencias diplomáticas o
peores aún que eso pudiera acarrear. Asunto que grandes medios de comunicación
y agencias de prensa convirtieron en matriz de opinión y que muy probablemente
haya sido utilizado por sectores extremistas de Miami para inducir al recién electo
presidente de Estados Unidos a su hostiles declaraciones contra Cuba.
-Cuando el Sr. Ravsberg emitió artículos declarando que las personas que
trabajan en el Gobierno Cubano, el Estado y sus Instituciones no eran
revolucionarios, sino que esto lo eran los que emprendían negocios privados.
-Cuando el Sr. Ravsberg, dijo que las medidas de inspección y control a los
restaurantes de propiedad no estatal para la rectificación de violaciones se
trataba de una campaña del Estado y Gobierno Cubanos contra los negocios
privados.
– Cuando el Sr. Ravsberg, de igual manera, hizo campaña contra las medidas
de control de precios que el Consejo de Administración Provincial hizo a los
boteros.
-Todas las veces el Sr. Ravsberg en contra de los acercamientos de la CTC,
la UJC y el PCC, la ONAT, la ANEC, el sistema bancario hacia el sector no
estatal, emitió artículos cultivando el distanciamiento y contraposición de los
trabajadores por cuenta propia respecto al Estado Cubano y sus Instituciones.
-Cuando el Sr. Ravsberg hizo una campaña a favor de los propietarios de
piscinas cuando al Gobierno Cubano no le quedó más remedio que emitir medidas
urgentes para aliviar la sequía que azotaba al país para luego decir que las
fuentes públicas, que hasta un niño sabe que reciclan el agua, la despilfarran.
– Cuando el Sr. Ravsberg intentó engañar, comparando sin lógica alguna Cuba
con Vietnam, diciendo que el desarrollo comercial e industrial de ese país no
se debe a sus 91 millones de habitantes, cuya edad media de esa población es de
26 años, que posee unas de las cuencas hidrográficas más grandes de Asia,
yacimientos petrolíferos abundantes, tierras con climas provechosos y alta
fertilidad. Especialmente omitiendo que no está sometido al bloqueo económico
que Estados Unidos mantiene sobre Cuba. Sino que el Sr. Ravsberg redujo todo a
que el Partido Comunista de Cuba era sencillamente incapaz en comparación con
el Partido Comunista de Vietnam.
Tal vez debiera coincidir también con el Sr. Ravsberg en el uso de ¨por
menos que eso¨
No me quedaría más remedio que coincidir con el Sr. Ravsberg, sobre una
UPEC que debe ser la voz de los periodistas cubanos, pero no la voz en las
reuniones para que después le saquen las grabaciones, que luego se publican
omitiéndose el nombre que no conviene, precisamente el del Sr Ravsberg.
Es preferible ponerse colorado una vez a amarillo cien veces.
No soy miembro de ella, pero considero que la UPEC es y debe ser la
veladora, más allá de la ética de sus miembros inscritos, del ejercicio moral
de la profesión del periodismo en Cuba.
Pero debo coincidir con el Sr. Ravsberg que los estatutos de la UPEC la
limitan, pues imagino que no le es posible tramitar ante las autoridades del
país la denuncia de uno de sus miembros ante un corresponsal extranjero que
toma sus textos, los reproduce sin autorización, mutila en su contenido y
tergiversa su título cambiándole su sentido, o cuando el Sr Ravsberg ha
permitido entre los foristas de su blog insultos y ataques contra directivos y
miembros de la UPEC, incluso cuando él mismo ha enlazado desde el foro las
sucias invectivas de propaganda negra, nada éticas, publicadas por el sitio El
Lumpen.
Seguramente el Sr. Ravsberg considera que la UPEC no ha hecho lo que
debería hacer.
Definitivamente, coincido plenamente con el Sr. Ravsberg.
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