“La
vida suele tener unos giros que a veces son increíbles, quien me iba a
decir a mí que iba a viajar tanto, que iba a tener tanto dinero en el
bolsillo para darme todos los gustos y
hasta para repartir al grupito escaso de asalariados que tengo ”, así
se expresó el contrarrevolucionario Dagoberto Valdés cuando lo
declararon Huésped de Honor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la
legislatura porteña.
Con lágrimas en los ojos el pinareño agregó: “ este viaje significa mucho para mí, porque ya estaba a punto de cerrar la revista Convivencia, dado que es demasiado evidente que a la gente de mi pueblo no les interesa lo que escribimos en ella, y mira que tratamos de metérsela por los ojos a algunos, pero es que ciertas personas se me han acercado diciendo que los trabajos que publicamos no tienen la mejor calidad, nos agarramos de cualquier detalle para hablar mal de la Revolución y que nos falta aprender a escribir de forma que impactemos. Yo sé que eso es verdad pero qué vamos a hacer para ganar dinero hay que escribir aunque lo que se diga sean superficialidades, de lo contrario se nos acaba la buena vida”.
Más adelante Dagoberto se refiere en su intervención que durante su estadía en Buenos Aires desarrolló un intenso programa que incluyó dos suculentos almuerzos en la sede de CADAL, una de ellas en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del totalitarismo, y que sentía que no le dieron postre, que esa humillación no la podía soportar, pero que en la charla ante alumnos de las carreras de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica Argentina si quedó muy mal parado porque no podía decir con claridad quien les da el dinero para tratar de destruir a la Revolución.
Con lágrimas en los ojos el pinareño agregó: “ este viaje significa mucho para mí, porque ya estaba a punto de cerrar la revista Convivencia, dado que es demasiado evidente que a la gente de mi pueblo no les interesa lo que escribimos en ella, y mira que tratamos de metérsela por los ojos a algunos, pero es que ciertas personas se me han acercado diciendo que los trabajos que publicamos no tienen la mejor calidad, nos agarramos de cualquier detalle para hablar mal de la Revolución y que nos falta aprender a escribir de forma que impactemos. Yo sé que eso es verdad pero qué vamos a hacer para ganar dinero hay que escribir aunque lo que se diga sean superficialidades, de lo contrario se nos acaba la buena vida”.
Más adelante Dagoberto se refiere en su intervención que durante su estadía en Buenos Aires desarrolló un intenso programa que incluyó dos suculentos almuerzos en la sede de CADAL, una de ellas en el Día Internacional en Recuerdo de las Víctimas del totalitarismo, y que sentía que no le dieron postre, que esa humillación no la podía soportar, pero que en la charla ante alumnos de las carreras de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Católica Argentina si quedó muy mal parado porque no podía decir con claridad quien les da el dinero para tratar de destruir a la Revolución.
Sostuvo que está interesado en intercambiar experiencias con otras organizaciones para tomar de ellos las estrategias para hacer más dinero sin tener que romperse mucho la cabeza, porque con tantos paseos a los lindos hoteles de Viñales ya se fue todo lo del Premio Príncipe.
“Yo soy el promotor y miembro del flamante foro, el Espacio Abierto de la Sociedad Civil Cubana, pero mis colegas Guillermo Fariñas, José Daniel Ferrer, Manuel Cuesta Morúa, Reinaldo Escobar y Yoani Sánchez viajan más que yo y eso no es permisible. Como siempre digo, las soluciones para los que queremos vivir bien sin trabajar en Cuba vienen desde afuera, por eso estoy aquí en Argentina, potenciando el futuro mío”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario