miércoles, 9 de septiembre de 2015

#PinarDelRío ''Dagoberto opio para la religión''


Si algo perjudica a la religión católica son los individuos como Dagoberto Valdés, laico que lejos de contribuir, se desvive para conseguir posiciones económicas y reconocimiento político valiéndose de su supuesta religiosidad, más cercana a sus intereses personales, que a los del Vaticano en su conjunto.
Más fácil pasará un camello por el ojo de una aguja, que los individuos como Dagoberto por la puerta del reino de los cielos, porque a la larga, un día alguien se dará cuenta de que todos sus esfuerzos son en beneficio personal.
Las visitas papales siempre lo catapultaron a la gloria, porque obtenía mayores prebendas de la iglesia y escalaba posicionamiento, y seriamente creemos que ha trabajado para que en la próxima sea igual.
Primero con su revista Vitral, luego en la Comisión que usurpaba y que manipuló a sus antojos y ahora con la revista Convivencia, este mercader de la fe se creó un aura de estratega del mundo cristiano.
Lo que quizás ignoren en el Vaticano los que creen en él, pero no es secreto para los religiosos de su provincia de Pinar del Río, que el señor Dagoberto Valdés ha puesto toda su inteligencia no a favor de Cristo, sino en manos de las fuerzas del mal que operan desde los Estados Unidos, principalmente en Miami, para derrocar a la revolución cubana.

De las arcas de la USAID y de grupos contrarrevolucionarios salen los fondos para que este individuo viaje por el mundo, haga política en contra de su propio país, disfrute de felices vacaciones y siga engañando a sus congéneres con la fábula “del pobre ingeniero, castigado a ser recogedor de yaguas en los campos vueltabajeros”.
¡NO! Este señor goza de beneficios que se ha ganado por sus servicios a la CIA y aunque no haya documentos públicos, mucho se rumora de que ha sido entrenado por ese servicio de inteligencia y documentado para que no aparezca como los demás contrarrevolucionarios como un simple mercenario.
Es la característica “gatica de María Ramos, que tira la piedra y esconde la mano” es magnífico anfitrión de diplomáticos europeos, connotados enemigos de la Revolución que lo visitan en la provincia, de agentes de los Estados Unidos y de políticos que gustan entrevistarse en fugaces viajes al país.
También es invitado de medios masivos en sus viajes a Miami y a países de América Latina, se pasea como un humilde laico al servicio de la iglesia católica, como un apolítico que solo quiere democratizar a sus país, aunque para ello tenga que vender su alma al diablo.
No señores, Dagoberto no es un personajillo de la farándula mercenaria, es un tipo entrenado para hacer el mal, listo para cumplir cualquier tarea que le encomienden los enemigos de Cuba, no importa de dónde proceda el dinero, solo basta que sea suficiente.
Hay que estudiar su historia entre líneas, conocer los avatares de su vida personal y familiar, sus encontronazos con las autoridades de la iglesia en Pinar del Río, que incluso tuvieron que atajar sus impulsos, para que no convirtiera las casa de Dios en simples centros de conspiración.
Este señor no está al servicio de Dios, si acaso será un embajador de Satanás, que es lo mismo decir que de los servicios de inteligencia occidentales, para lo que mañas le sobran.
Si dudan de esto, ojo, obsérvenlo durante la visita del Papa buscando mayor protagonismo. Verdaderamente él es opio para la religión.

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