martes, 15 de marzo de 2016

La Protesta de Baraguá en el pensamiento de Fidel


Este 15 de marzo se conmemora el aniversario 138 de la histórica Protesta de Baraguá, que tuvo en el Mayor General del Ejército Li­bertador Antonio Maceo Grajales, al principal paladín de la huestes cubanas allí presentes.

Al respecto y con motivo del cumpleaños 90 del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, líder indiscutible de la Revolución Cubana —quien ha sabido conducir el proceso liberador desde sus primeros momentos, nutriéndose de la rica experiencia de sus antecesores—, abordaremos la manera en que acude al ejemplo de Maceo, a su heroica epopeya, a sus profundas convicciones políticas, a su alta moral revolucionaria, para alentar al pueblo cubano, ante el peligro de agresiones y amenazas del imperialismo norteamericano, e incentivar a las jóvenes generaciones a ser seguidores del ejemplo del Titán y llevar en lo más profundo de su alma, el paradigma que nos dejó la Protesta de Baraguá.
Es así como el 1ro. de enero de 1959, en el parque Céspedes de Santiago de Cuba, Fidel se dirige al pueblo y hace alusión a que esta vez la Revolución sí llegará al poder, que no pasará como al concluir la guerra iniciada en 1895, en que los mambises no pudieron en­trar a la urbe y narra un interesante momento de los días finales de la guerra, en que al pasar por Mangos de Baraguá, lugar de la histórica Protesta y del inicio de la invasión a Oc­cidente, les “[…] hizo experimentar una de las sensaciones más emocionantes que puedan concebir […]”, y aseveró “[…] que esta generación cubana ha de rendir y ha rendido ya el más fervoroso tributo de reconocimiento y de lealtad a los héroes de nuestra independencia”.
Significativa resultó la alocución que pronunció, el 10 de octubre de 1968, en la velada solemne por el centenario del inicio de las guerras de independencia, donde ofrece una importante valoración de la personalidad de Antonio Maceo y el alcance político-ideológico de la Protesta de Baraguá, al expresar:
“[…] emerge, con toda su fuerza y toda su extraordinaria talla, el personaje más representativo del pueblo, el personaje más representativo de Cuba en aquella guerra, venido de las filas más humildes del pueblo, que fue Antonio Maceo […] “[…] en el momento en que aquella lucha de diez años iba a terminar, surge aquella figura, surge el espíritu y la conciencia revolucionaria radicalizada, simbolizada en ese instante en la persona de Antonio Maceo […].
Importante resultó también, el discurso que pronunció el 15 de marzo de 1978, en el acto central por el centenario de la Protesta de Baraguá, realizado en el escenario del suceso histórico; allí Fidel patentizó que nuestro pueblo nunca renunciará a la moral que lo caracteriza, a sus principios y a su ideología. Enfatizó en la herencia que su generación y la actual han recibido de los grandes héroes, donde resaltó el legado de la Protesta de Baraguá al decir:
“[…] la Protesta de Baraguá estaba muy presente: la idea de no rendirse, la idea de no darse por derrotado nunca. Eso estaba muy presente.
“Nosotros tuvimos nuestros reveses, duros; los tuvimos en el Moncada. ¡Ah!, pero nunca nos dimos por vencidos. Los combatientes del Moncada nunca se dieron por vencidos, nunca aceptaron la derrota. Era el espíritu de la Protesta de Baraguá. En la cárcel jamás se humilló ningún combatiente, jamás aceptó la derrota. Era el espíritu de Baraguá. Después del desembarco del Granma los reveses fueron grandes, pero muy grandes, podrían parecer insuperables; pero nadie se dio por vencido. Los que sobrevivieron, decidieron continuar la lucha. ¡Era el espíritu de Baraguá!”.
Con el derrumbe del campo socialista, Cu­ba se vio prácticamente sola y tuvo que enfrentar un difícil y largo proceso de crisis económica, que tuvo sus consecuencias en todos los ámbitos de la vida social, institucional y familiar; fue el llamado “Periodo Especial”, donde solo la fuerza de nuestros principios, la solidez de nuestra ideología, de nuestra identidad, así como el empeño en el trabajo, pudieron salvar la Revolución. Era necesario —bajo aquellas circunstancias—, enaltecer la conciencia del pueblo y acudir a la memoria histórica, para consolidar aún más esos principios; por esa razón en los diferentes discursos de los líderes y de los dirigentes a todos los niveles, se exaltó el patriotismo, la unidad, el antimperialismo, pero también la originalidad, la innovación, la ingeniosidad y laboriosidad del pueblo. En el marco de ese contexto, Fidel en su disertación del 28 de enero de 1990, en la clausura del XVI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), realizado en La Habana, destacó:
“[…] Ya nuestro país vivió una etapa como esa […]. En aquellas terribles condiciones, cuando mucha gente llegó a la convicción de que no podían seguir luchando, aun en ese momento, como expresión de la voluntad irreductible y del heroísmo de nuestro pueblo, Antonio Maceo se yergue y frente al Pacto del Zanjón proclama en los Mangos de Ba­raguá su decisión de seguir luchando!
“Cuando en condiciones súper difíciles hubo un Zanjón, hubo un Baraguá. ¡Y lo que quedó de nuestra historia, y por la cual llegamos un día a ser nación independiente, a pesar de ejércitos españoles primero y ejércitos yanquis después, no fue por el Zanjón, fue por Baraguá!”.
Aquí se constata la importancia que Fidel le atribuye al Titán de Bronce y su heroica acción en Mangos de Baraguá, en la formación de la identidad nacional, así como su legado, del que somos hoy fieles defensores. El IV Con­greso del Partido se realizó en Santiago de Cu­ba, en octubre de 1991, en medio de una at­mósfera de crisis económica y en su discurso de clausura, en la Plaza de la Revolución Ma­yor General Antonio Maceo Grajales, el día 14 de octubre —momento en que además se dejó inaugurado este extraordinario conjunto mo­numental—, Fidel expresó:
“¡Antonio Maceo, aquella, tu inolvidable, gloriosa e insuperable protesta que un día tuvo lugar bajo aquellos Mangos de Baraguá, esa misma protesta es la que hoy tiene lugar aquí, bajo estos aceros que simbolizan tus invencibles machetes! ¡Aquí, bajo este conjunto memorial; aquí, bajo tu figura y tu estatua ecuestre, proyectada y construida por santiagueros inteligentes, patriotas; aquí, a tu sombra, Antonio Maceo, en esta plaza que lleva tu nombre, en esta ciudad donde naciste, en esta atmósfera donde respiraste los primeros aires; aquí, hoy y desde el 10 de Octubre, tiene lugar tu protesta, que ya no es la protesta de un grupo de combatientes he­roicos, sino la protesta de un pueblo entero, y la protesta no en nombre de Cuba, sino en nombre del mundo! Porque al igual que tú dijiste que jamás habría paz con España sin independencia, que jamás tus armas se rendirían, aquí decimos nosotros que […] jamás nos someteremos a ningún hegemonismo, […] que nosotros pertenecemos, Antonio Maceo, a tu estirpe, a tu sangre, a tu coraje, a tus ideas”.
En la clausura de la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional, en su cuarta legislatura y del Consejo de Estado, el 15 de marzo de 1993, Fidel puso en alto el ejemplo glorioso de Maceo en Baraguá y destacó que por hechos y figuras como esas es que “[…] somos un pueblo hecho de materia prima heroica, que somos un pueblo verdaderamente revolucionario, que tenemos un alto nivel de preparación […]”.
En el acto de entrega de la Declaración de los Mambises del siglo XX, realizado el 15 de marzo de 1997, el líder de la Revolución pronunció un discurso en el que evoca el ejemplo de Martí y de Maceo con su acto heroico en Baraguá:
“Si Maceo nos legó este tesoro de gloria y este ejemplo incomparable, aquí también ustedes están legando hoy otro gran tesoro y otro gran ejemplo, a los cuales serán leales las generaciones venideras. Y si aquella primera Protesta de Baraguá, se realizó a la sombra de los mangales de aquel lugar histórico, hoy suscribimos todos y presentamos al pueblo esta Declaración a la sombra de nuestro glorioso Apóstol, y a él, y a Maceo, y a todos los que han caído, les decimos:
¡Jamás traicionaremos la sangre derramada! ¡Este país seguirá adelante, seguirá siendo cada vez más revolucionario y alcanzará alturas infinitas de honor, de patriotismo y de gloria!”.
Resultan numerosas las ocasiones en las que el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro Ruz, ha acudido al ejemplo glorioso de Maceo y la Protesta de Baraguá, para exaltar el patriotismo de los cubanos, en momentos en que la Patria se ha visto amenazada. A las generaciones presentes y futuras les corresponde el honroso deber de ser fieles al ejemplo inmortal del Titán de Bronce y su heroica Protesta, defensores además, del postulado fidelista de que: “Cuba será un eterno Baraguá”.
Tomado de Granma

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