Este
15 de marzo se conmemora el aniversario 138 de la histórica Protesta de
Baraguá, que tuvo en el Mayor General del Ejército Libertador Antonio Maceo
Grajales, al principal paladín de la huestes cubanas allí presentes.
Al
respecto y con motivo del cumpleaños 90 del Comandante en Jefe Fidel Castro
Ruz, líder indiscutible de la Revolución Cubana —quien ha sabido conducir el
proceso liberador desde sus primeros momentos, nutriéndose de la rica
experiencia de sus antecesores—, abordaremos la manera en que acude al ejemplo
de Maceo, a su heroica epopeya, a sus profundas convicciones políticas, a su
alta moral revolucionaria, para alentar al pueblo cubano, ante el peligro de
agresiones y amenazas del imperialismo norteamericano, e incentivar a las
jóvenes generaciones a ser seguidores del ejemplo del Titán y llevar en lo más
profundo de su alma, el paradigma que nos dejó la Protesta de Baraguá.
Es
así como el 1ro. de enero de 1959, en el parque Céspedes de Santiago de Cuba,
Fidel se dirige al pueblo y hace alusión a que esta vez la Revolución sí
llegará al poder, que no pasará como al concluir la guerra iniciada en 1895, en
que los mambises no pudieron entrar a la urbe y narra un interesante momento
de los días finales de la guerra, en que al pasar por Mangos de Baraguá, lugar
de la histórica Protesta y del inicio de la invasión a Occidente, les “[…]
hizo experimentar una de las sensaciones más emocionantes que puedan concebir
[…]”, y aseveró “[…] que esta generación cubana ha de rendir y ha rendido ya el
más fervoroso tributo de reconocimiento y de lealtad a los héroes de nuestra
independencia”.
Significativa
resultó la alocución que pronunció, el 10 de octubre de 1968, en la velada
solemne por el centenario del inicio de las guerras de independencia, donde
ofrece una importante valoración de la personalidad de Antonio Maceo y el
alcance político-ideológico de la Protesta de Baraguá, al expresar:
“[…]
emerge, con toda su fuerza y toda su extraordinaria talla, el personaje más
representativo del pueblo, el personaje más representativo de Cuba en aquella
guerra, venido de las filas más humildes del pueblo, que fue Antonio Maceo […]
“[…] en el momento en que aquella lucha de diez años iba a terminar, surge
aquella figura, surge el espíritu y la conciencia revolucionaria radicalizada,
simbolizada en ese instante en la persona de Antonio Maceo […].
Importante
resultó también, el discurso que pronunció el 15 de marzo de 1978, en el acto
central por el centenario de la Protesta de Baraguá, realizado en el escenario
del suceso histórico; allí Fidel patentizó que nuestro pueblo nunca renunciará
a la moral que lo caracteriza, a sus principios y a su ideología. Enfatizó en
la herencia que su generación y la actual han recibido de los grandes héroes,
donde resaltó el legado de la Protesta de Baraguá al decir:
“[…]
la Protesta de Baraguá estaba muy presente: la idea de no rendirse, la idea de
no darse por derrotado nunca. Eso estaba muy presente.
“Nosotros
tuvimos nuestros reveses, duros; los tuvimos en el Moncada. ¡Ah!, pero nunca
nos dimos por vencidos. Los combatientes del Moncada nunca se dieron por
vencidos, nunca aceptaron la derrota. Era el espíritu de la Protesta de Baraguá.
En la cárcel jamás se humilló ningún combatiente, jamás aceptó la derrota. Era
el espíritu de Baraguá. Después del desembarco del Granma los reveses fueron
grandes, pero muy grandes, podrían parecer insuperables; pero nadie se dio por
vencido. Los que sobrevivieron, decidieron continuar la lucha. ¡Era el espíritu
de Baraguá!”.
Con
el derrumbe del campo socialista, Cuba se vio prácticamente sola y tuvo que
enfrentar un difícil y largo proceso de crisis económica, que tuvo sus
consecuencias en todos los ámbitos de la vida social, institucional y familiar;
fue el llamado “Periodo Especial”, donde solo la fuerza de nuestros principios,
la solidez de nuestra ideología, de nuestra identidad, así como el empeño en el
trabajo, pudieron salvar la Revolución. Era necesario —bajo aquellas
circunstancias—, enaltecer la conciencia del pueblo y acudir a la memoria
histórica, para consolidar aún más esos principios; por esa razón en los
diferentes discursos de los líderes y de los dirigentes a todos los niveles, se
exaltó el patriotismo, la unidad, el antimperialismo, pero también la
originalidad, la innovación, la ingeniosidad y laboriosidad del pueblo. En el
marco de ese contexto, Fidel en su disertación del 28 de enero de 1990, en la
clausura del XVI Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC),
realizado en La Habana, destacó:
“[…]
Ya nuestro país vivió una etapa como esa […]. En aquellas terribles
condiciones, cuando mucha gente llegó a la convicción de que no podían seguir
luchando, aun en ese momento, como expresión de la voluntad irreductible y del
heroísmo de nuestro pueblo, Antonio Maceo se yergue y frente al Pacto del
Zanjón proclama en los Mangos de Baraguá su decisión de seguir luchando!
“Cuando
en condiciones súper difíciles hubo un Zanjón, hubo un Baraguá. ¡Y lo que quedó
de nuestra historia, y por la cual llegamos un día a ser nación independiente,
a pesar de ejércitos españoles primero y ejércitos yanquis después, no fue por
el Zanjón, fue por Baraguá!”.
Aquí
se constata la importancia que Fidel le atribuye al Titán de Bronce y su
heroica acción en Mangos de Baraguá, en la formación de la identidad nacional,
así como su legado, del que somos hoy fieles defensores. El IV Congreso del Partido
se realizó en Santiago de Cuba, en octubre de 1991, en medio de una atmósfera
de crisis económica y en su discurso de clausura, en la Plaza de la Revolución
Mayor General Antonio Maceo Grajales, el día 14 de octubre —momento en que
además se dejó inaugurado este extraordinario conjunto monumental—, Fidel
expresó:
“¡Antonio
Maceo, aquella, tu inolvidable, gloriosa e insuperable protesta que un día tuvo
lugar bajo aquellos Mangos de Baraguá, esa misma protesta es la que hoy tiene
lugar aquí, bajo estos aceros que simbolizan tus invencibles machetes! ¡Aquí,
bajo este conjunto memorial; aquí, bajo tu figura y tu estatua ecuestre,
proyectada y construida por santiagueros inteligentes, patriotas; aquí, a tu
sombra, Antonio Maceo, en esta plaza que lleva tu nombre, en esta ciudad donde
naciste, en esta atmósfera donde respiraste los primeros aires; aquí, hoy y
desde el 10 de Octubre, tiene lugar tu protesta, que ya no es la protesta de un
grupo de combatientes heroicos, sino la protesta de un pueblo entero, y la
protesta no en nombre de Cuba, sino en nombre del mundo! Porque al igual que tú
dijiste que jamás habría paz con España sin independencia, que jamás tus armas
se rendirían, aquí decimos nosotros que […] jamás nos someteremos a ningún
hegemonismo, […] que nosotros pertenecemos, Antonio Maceo, a tu estirpe, a tu
sangre, a tu coraje, a tus ideas”.
En
la clausura de la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional, en su cuarta
legislatura y del Consejo de Estado, el 15 de marzo de 1993, Fidel puso en alto
el ejemplo glorioso de Maceo en Baraguá y destacó que por hechos y figuras como
esas es que “[…] somos un pueblo hecho de materia prima heroica, que somos un
pueblo verdaderamente revolucionario, que tenemos un alto nivel de preparación
[…]”.
En
el acto de entrega de la Declaración de los Mambises del siglo XX, realizado el
15 de marzo de 1997, el líder de la Revolución pronunció un discurso en el que
evoca el ejemplo de Martí y de Maceo con su acto heroico en Baraguá:
“Si
Maceo nos legó este tesoro de gloria y este ejemplo incomparable, aquí también
ustedes están legando hoy otro gran tesoro y otro gran ejemplo, a los cuales
serán leales las generaciones venideras. Y si aquella primera Protesta de
Baraguá, se realizó a la sombra de los mangales de aquel lugar histórico, hoy
suscribimos todos y presentamos al pueblo esta Declaración a la sombra de
nuestro glorioso Apóstol, y a él, y a Maceo, y a todos los que han caído, les
decimos:
¡Jamás
traicionaremos la sangre derramada! ¡Este país seguirá adelante, seguirá siendo
cada vez más revolucionario y alcanzará alturas infinitas de honor, de
patriotismo y de gloria!”.
Resultan
numerosas las ocasiones en las que el líder de la Revolución Cubana Fidel
Castro Ruz, ha acudido al ejemplo glorioso de Maceo y la Protesta de Baraguá,
para exaltar el patriotismo de los cubanos, en momentos en que la Patria se ha
visto amenazada. A las generaciones presentes y futuras les corresponde el
honroso deber de ser fieles al ejemplo inmortal del Titán de Bronce y su
heroica Protesta, defensores además, del postulado fidelista de que: “Cuba será
un eterno Baraguá”.
Tomado
de Granma
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