Los pasajeros, 57
cubanos, 11 guyaneses y 5 funcionarios culturales coreanos, se disponían a
arribar en la isla de Cuba luego de que la Selección Nacional de Esgrima había
realizado una majestuosa participación en el campeonato centroamericano de esa
disciplina deportiva.
Par de explosiones
ocasionaron que la nave en curso se derribara y cayera al mar dejando a la
patria cubana en un profundo duelo ese 6 de octubre de 1976. Hasta ahora, se
considera el peor ataque que haya recibido esa nación.
Orlando Bosch y Luis
Posada Carriles, ambos empleados de la Agencia Central de Inteligencia (CIA)
fueron señalados por una serie de pruebas que confirman su culpabilidad.
Bosch falleció el 27
de abril de 2011, mientras que Posada Carriles reside en Estados Unidos, sin
cumplir condena por ese ataque terrorista.
En 2008, el Comandante
Supremo y líder de la Revolución Bolivariana, Hugo Chávez, exhortó al gobierno
estadounidense a la entrega de Posada Carriles para que cumpliese una condena
dentro del sistema penitenciario venezolano.
“Obama, mándenos para
acá al terrorista que lo estamos pidiendo. Debe estar en prisión y no libre por
allá por las calles de Estados Unidos”, fue la solicitud que realizó, durante
la clausura de la novena Comisión Mixta Cuba-Venezuela.
Los antecedentes del
crimen son obvios: la demencial actitud del imperialismo para tratar de
destruir el ejemplo de la Revolución Cubana.
En el año 1976, hubo
una serie de ataques y atentados a pesqueros y representantes diplomáticos
cubanos.
En aguas
internacionales fue abatido el trabajador Bienvenido Máuriz. En Lisboa, fueron
asesinados los diplomáticos Adriana Corcho y Efrén Monteagudo. Hubo explosivos
contra la misión cubana en la ONU y una bomba estalló en el equipaje de un
avión de Cubana, en el aeropuerto de Jamaica. No hubo víctimas, porque el vuelo
se retrasó.
En México asesinaron
al técnico de la pesca Artagnan Díaz, en virtud del fracasado intento de
secuestrar al cónsul cubano. En agosto de ese año, dos diplomáticos de la
Patria desaparecieron en Argentina. Días después, dos artefactos dinamiteros
explotaron en la sede de Cubana de Aviación en Panamá.
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