Ramilletes,
espigas, rosas, flores silvestres desfilaban una tras otras con la llegada de
los más pequeños en. El suelo mojado y el sol oculto, como si todo conspirara
en luto por la aparente ausencia.
La
fecha vuelve a congregar a niños, jóvenes, cubanas, cubanos y amigos de otras
naciones en Pinar del Río, para rendir tributo al Señor de la vanguardia, el
hombre de la sonrisa amplia, la imagen del pueblo, el Camilo de nuestra
historia.
Tras
finalizar el acto vuelven las flores a desfilar, pero en esta ocasión en
búsqueda de la corriente del Río. El agua arrastra los ramilletes y con ellos
el más sentido pésame por el hombre de las cien batallas.
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