Cuba es un país pobre, muy pobre, de eso se ha encargado el bloqueo económico, comercial y financiero por casi medio siglo, pero a la vez tiene una extraordinaria riqueza en su personal de los servicios de salud, los que por un niño no escatiman tiempo ni esfuerzos.
Ese
desbordado humanismo se encuentra en todo el sistema. Sin embargo, hay personas
sin escrúpulos que difaman, lucran con el dolor ajeno, ignorando que la verdad
siempre se abre paso.
Hoy
damos la palabra a los trabajadores de esa disciplina en el Hospital Pediátrico
Pepe Portilla, de Pinar del Río, pero sabemos que igual sería en cualquier
centro similar del país.
Palabras
con el corazón
Isis
Yadira Puentes Gómez: "Tengo ingresado a mi niño Ángelo Cuadot, de tres
años y hace 21 días que estamos aquí, por un tumor. El tratamiento es
excelente, no tenemos ninguna insatisfacción, toda la familia está muy conforme
con lo que se le hace. La sala es muy buena, al igual que la labor de todos los
profesionales".
Omara
Gómez Benítez: "Yo soy a abuela de Ángelo: el trabajo aquí es súper
eficiente. No tenemos quejas del servicio, verdaderamente es de excelencia en
medicamentos, alimentación, higiene... el trato de los médicos y de todo el
personal es extraordinario".
Quiara,
el mejor ejemplo
"Yo
me llamo Quiara Elena de Armas Hernández, tengo 16 años y estudio en la escuela
especial 28 de Enero, de la ciudad pinareña. Desde que tengo nueve años soy
atendida por ellos, me siento bien y no tengo quejas de ninguno, son especiales
conmigo, como médicos y como humanos. Antes de la reparación, la sala no tenía
tan buenas condiciones, pero ahora es una maravilla, hasta tenemos en el cuarto
teléfono y televisor".
¿Y
por qué no me comentas que el cantante Álvaro Torres te mencionó en su
concierto en Pinar del Río y también te envió un ramo de flores? "!Ah,
porque me daba pena!".
Ellos
que están directos
Licenciado
Carlos Fabián Sánchez Pérez, especialista en cuidados intensivos pediátricos:
"Soy enfermero asistencial, pero en el día de hoy estoy asumiendo la
preparación de los medicamentos citostáticos, que son los específicos que se
utilizan en este tipo de paciente, además de los medicamentos de sostén.
"Nunca
–que recuerde- se ha dejado de administrar un medicamento a ningún niño, según
los esquemas que vienen por protocolo, incluso en el momento que el hospital
pudiera tener algún tipo de carencia, existen los mecanismos del Ministerio de
Salud Pública para con otro hospital gestionar el traslado del preparado y no
se incumpla el protocolo".
María
Luz Cordero Meneses: "Desde hace 30 años soy enfermera y hace 25 que estoy
en la oncohematología. Que recuerde nunca ha habido quejas ni de familiares u
otras personas; disponemos de todos los recursos y cuando un medicamento nos ha
faltado, inmediatamente se pone en marcha un procedimiento y se trae de otros
centros hospitalarios o de otra provincia, pero el paciente lo recibe.
"En
nuestras encuestas jamás ningún padre u otro familiar ha referido quejas por
ninguna circunstancia y las opiniones son muy favorables".
Habla
la ciencia
Doctor
Boris Bencomo García, oncopediatra del Servicio de Oncohematología del Hospital
Pediátrico Pepe Portilla: "La sala después de reparada tiene 14 cuartos de
aislamiento y una para pacientes ambulatorios, que se atienden en el día.
"Con
honestidad, en sentido general es excelente el grado de satisfacción de
pacientes y familiares, sobre todo de las madres que están con los niños en los
cuartos, como de los familiares afuera. Los de municipios están ahí, en un
departamento donde pernoctan y tienen garantizada su permanencia.
"El
índice de supervivencia de enfermedades malignas en niños a nivel mundial se
dice que es de alrededor de un 75 por ciento y aquí lo superamos ampliamente,
en el caso de hematología la provincia es muy superior.
"En
la sala hay dos especialidades, la oncología que atendemos nosotros y la
hematología a cargo del otro grupo, pero actuamos como si fuéramos uno.
"No
todas las provincias tienen este servicio altamente costoso de oncohematología,
Pinar del Río es de las privilegiadas, lo hay además en Santiago de Cuba,
Holguín, Camagüey, Villa Clara y La Habana, como estrategia del país para
asegurar que nadie se quede sin atención".
El
Doctor César Valdés Sojo, especialista de primer grado en Hematología y jefe
del Servicio de Oncohematología Pediátrica de Pinar del Río, también brinda su
opinión:
"Este
es un servicio muy especial, por ejemplo, un tratamiento de una Leucemia
linfoblástica aguda que puede durar hasta dos años, tiene un costo, en
dependencia del estadío de diagnóstico del paciente, que puede elevarse de 25
000 a 50 000 CUC.
"El
trasplante de médula ósea, que se hace en nuestro Instituto de Hematología en
La Habana, asciende a 60 000 CUC; ahora bien, tenemos aquí pacientes con
trastornos de la coagulación, el tratamiento sustitutivo con Factor 8 o Factor
7, el primero –según la procedencia- de 400 a 800 CUC un bulbo; el protocolo
dice que se hace cada diez días, poniendo más de un bulbo cada doce horas.
"El
Factor 7 tiene un costo de alrededor de 1 000 a 1 200 CUC, en dependencia de la
procedencia y se administra cada tres horas es el más caro.
"Desde
que se fundó el servicio hemos tratado 134 leucemias agudas en total; tenemos
además una lista de 10 niños hemofílicos en la provincia, que para ellos es el
Factor 8 y Factor 7 –esto solo en el área de pediatría-, y tratamos aparte 69
sicklémicos .
"Nosotros
atendemos de 12 a 15 casos nuevos anualmente, a los que se suman los que hacen
tratamiento continuado de pacientes en tránsito.
"La
supervivencia de nuestro hospital en casos de la enfermedad oncológica se
estima en casi el 80 por ciento y en las hematológicas en el 97".
Lo
que tiene el arsenal
Pero
no podíamos concluir este trabajo periodístico sin consultar una importante
fuente, la doctora Irene Álvarez Alonso, jefa de medicamentos en la Dirección
Provincial de Salud de Pinar del Río, quién añade: "Nosotros disponemos
sistemáticamente de 41 medicamentos Oncohematológicos pediátricos y entre ellos
se incluyen tres Anticuerpos Monoclonales de producción nacional y probada
eficacia".
Esta
jerarquizada especialidad es el fiel reflejo de la importancia que concede el
país al cuidado de los niños, adolescentes y jóvenes y recordamos que al
terminarse la reparación de esta sala escribimos: A veces dicen que el dinero
no hace la felicidad, pero creo que sí. Porque nada ha dado más felicidad que
los 336 200 pesos invertidos en el remozamiento de la Sala de Hematología y
Oncopediatría del Hospital Pepe Portilla.
Allí
conocí a una mujer que desde su corazón confesó "puedo morir mañana con
satisfacción, porque se realizó un sueño de 35 años".
Ella
no es la madre de ninguno de los ingresados, la doctora Mirta Campo Díaz,
especialista de segundo grado en Pediatría y Hematología, se sentía como si
fuera la de todos que por allí han pasado y seguro no me desmentiría.
Y
recuerdo también cuando dijo: "La sala ha venido a cumplimentar un sueño;
un sueño desde que llegamos a esta provincia y ha sido un regalo de Dios,
concebido por la Revolución, un regalo de este país para Pinar del Río, que
para muchos era considerada La Cenicienta, y que tiene un servicio de Oncología
y Hematología del más alto nivel, tanto por la estructura como por la calidad
del personal médico y técnico de enfermería.
"Es
el regalo de un país que se preocupa por los pobres de la tierra, de poder
brindar a los niños, independientemente de donde vengan, con mejores
condiciones o peores, sin distinciones sociales, de credo, de posibilidades
económicas, de brindarle un tratamiento de elevada calidad".
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