Por
Arnold August
En
el discurso anual sobre el Estado de la Unión, pronunciado el 13 de enero de
2016, el presidente Obama reiteró su política sobre las relaciones Cuba-EE.UU..
Según Obama:
“Cincuenta
años de aislamiento a Cuba no habían servido para promover la democracia, lo
que nos estancó en Latinoamérica. Por eso recuperamos las relaciones
diplomáticas, (Aplauso), abrimos las puertas a viajes y comercio, y nos
posicionamos con el fin de mejorar las vidas del pueblo cubano”.
(Aplauso)
Eso
es, básicamente lo mismo que Obama declaró hace unos años sobre la política
hacia Cuba y también, lo que apareció en una serie de editoriales en el
periódico The New York Times. Ambos planteamientos ayudaron a
allanar el camino para la declaración conjunta de los presidentes Barack Obama
y Raúl Castro del 17 de diciembre de 2014, para restaurar las relaciones
diplomáticas, lo que representó una victoria para Cuba. No ha habido cambios en
la posición de los EE.UU. Como el presidente Obama ha expresado en
ocasiones anteriores, la vieja política de aislar a Cuba “no funcionó”. Fracasó
en su intento de llevar la “democracia” a ese país, un eufemismo para referirse
al derrocamiento del orden constitucional y de la Revolución cubana.
Como
señalamos anteriormente, Obama reiteró que la vieja política de EE.UU.
hacia Cuba también “nos estancó en Latinoamérica”. En otras palabras, afectó no
solo la credibilidad deEE.UU. en América Latina, sino además su capacidad para
maniobrar allí. La meta estratégica del país norteño en América Latina tiene a
largo plazo el mismo objetivo de “llevar la democracia” a aquellos países que
se han desviado radicalmente de la ruta proEE.UU. y pro capitalista y que
tienen el objetivo de abrir un nuevo camino revolucionario basado en el respeto
a la soberanía nacional y el anticapitalismo. Venezuela representa el blanco
más significativo para los Estados Unidos.
Obama
manifestó en su discurso, que su nueva política hacia Cuba “abrió la puerta
para los viajes y el comercio”. Aun cuando esto es cierto, no es mucho más que
un esfuerzo unidireccional que solo favorece a EE.UU. y contradice el
abrir puertas equitativamente, sobre bases recíprocas, para que los cubanos
puedan realizar negocios con los EE.UU. y a nivel internacional.
¿Qué
quiso decir Obama cuando la Casa Blanca y su administración declaró que: “nos
posicionamos con el fin de mejorar las vidas del pueblo cubano”? Un objetivo
importante de la política diseñada para mejorar “las vidas del pueblo cubano”
está dirigido a las 500.000 personas trabajando por cuenta propia en un sector
en expansión de la economía cubana. El objetivo táctico inmediato de la
administración de Obama es fortalecer ese sector. En su esfuerzo de impulsar
esta política, los funcionarios de su administración apenas ocultan su objetivo
a largo plazo, que es desarrollar este sector para que abra una brecha
potencial en la sociedad cubana.
Según
el plan de los EE.UU., ellos serían, por lo menos, indiferentes y
apolíticos, si no hostiles, al gobierno cubano y al sistema político de
Cuba. Esta tendencia sería del agrado de esas 500.000 cuentapropistas,
tal como lo desea EE.UU y considerarían a los EE.UU. y a sus
“valores” (capitalismo) como su salvador. En dicha situación, la marca de
“hecho en los EE.UU.”, sería como un cáncer carcomiendo el proyecto
socialista cubano e incluso, su soberanía.
Además,
si Obama estuviera realmente interesado en “mejorar las vidas del pueblo
cubano”, podría usar los poderes ejecutivos a su disposición para eliminar
aspectos importantes del bloqueo sin que el Congreso lo pueda impedir.
Ahora
bien, ¿qué dijo realmente Obama sobre el bloqueo?
“¿Quieren
consolidar nuestro liderazgo y credibilidad en este hemisferio? Reconozcan que
la Guerra Fría ha terminado. Levanten el embargo”. (Aplauso)
Está
claro que Obama está a favor de levantar el bloqueo genocida no por razones
morales sino para lograr el objetivo de mejorar la imagen de los EE.UU. en
América Latina.
Sin
embargo, existe otro aspecto. Si él estuviera tan opuesto al bloqueo, ¿por qué
desviar el enfoque hacia la mayoría republicana en el Congreso de los Estados
Unidos? Como se mencionó anteriormente, hay mucho más que él puede realizar por
su cuenta haciendo uso de sus prerrogativas ejecutivas. Culpar al Congreso de
bloquear al poder ejecutivo es de cierta manera, una artimaña. La carencia de
su oposición real al bloqueo se tipifica cuando en el 2014, bajo la tutela de
Obama, un banco alemán recibió una multa de 1.000 millones de dólares por
realizar transacciones con Cuba. ¿Por qué el pueblo cubano debe esperar por el
congreso estadounidense cuando el bloqueo ha sido, y sigue siendo, el obstáculo
principal para el desarrollo sostenible de Cuba?
Refiriéndose
a Cuba, pero indirectamente, Obama se jactó ostentosamente:
“Por
eso voy a continuar trabajando para cerrar la prisión de Guantánamo. (Aplauso)
Es costosa, es innecesaria y solo sirve como panfleto de reclutamiento para
nuestros enemigos”. (Aplauso)
Él
no desea “cerrar” la prisión por ser una cámara de tortura, una mancha para la
humanidad, sino porque “es costosa e innecesaria…”.
Existen
varios aspectos relacionados con Guantánamo.
Primero,
él ha prometido cerrar la prisión desde que fue electo presidente. ¿Por qué no
lo hizo antes o lo hace ahora? No necesita la aprobación del Congreso. Después
de todo, el ex-presidente Bush inauguró esta infame prisión por su cuenta, sin
la aprobación del Congreso. Culpar al congreso de los EE.UU. es nuevamente
parte de su política oportunista.
Segundo,
¿por qué no devolver Guantánamo al pueblo de Cuba? No se ha dicho ni una
palabra sobre eso, a pesar de que la zona donde se encuentra la base naval
estadounidense es parte de Cuba. Antes de jugar la carta Guantánamo, Obama dijo
lo siguiente:
“Eso
es fortaleza estadounidense. Eso es liderazgo estadounidense. Y ese tipo de
liderazgo depende del poder de nuestro ejemplo”.
El
ejemplo ofrecido inmediatamente después de esas frases, es cerrar la prisión en
Guantánamo. Sin embargo, el ejemplo no es muy convincente dado que aún sigue en
operaciones, a pesar del derecho legal de Obama de cerrarla por su cuenta.
Pese
a las declaraciones acerca de Cuba, Obama nunca reconoció el problema que
enfrenta su administración y es que el gobierno cubano está muy consciente que
los EE.UU. ha cambiado solamente sus tácticas, mientras mantiene el
objetivo estratégico a largo plazo de socavar la Revolución cubana. En
este contexto, los cubanos se oponen valerosamente a la interferencia
estadounidense en los asuntos cubanos. El presidente Raúl Castro y el
Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba se lo han advertido públicamente.
Los cubanos están empeñados en avanzar lo más posible en el contexto del cambio
de táctica de losEE.UU. para el bien del pueblo cubano y del pueblo
estadounidense. Sin embargo, Cuba advirtió a los EE.UU, que nunca
vendería sus principios y defendería resueltamente su soberanía y dignidad.
Eso
es lo que Obama dijo y lo que no dijo sobre Cuba. Pero lo que dijo sobre otros
temas de las relaciones exteriores afecta no solo a Cuba y a las relaciones Cuba-EE.UU.,
sino también al resto del mundo. Existen demasiados ejemplos para tratarlos
aquí y superan la finalidad de este artículo. Por lo tanto, tomemos dos ejemplos
descriptivos.
Primero,
el apuntó directamente contra China y Rusia, que forman parte importante del
cimiento de un nuevo mundo multipolar, en alianza creciente con América Latina
y el Caribe.
“…y
cuando se trata de asuntos internacionales importantes, la gente en el mundo no
busca ayuda en Pekín o Moscú —nos llaman a nosotros”. (Aplauso)
Parte
de este comentario denota la competencia feroz de EE.UU. por la hegemonía
mundial, poniendo la vista en China y en Rusia. Durante su discurso y muy
animado por el aplauso tradicional, criticó a Rusia (Crimea) e hizo lo mismo
con China. Explicó como China fue, supuestamente, manipulada y dejada a un lado
por el acuerdo Trans-Pacific Partnership (TPP) [Acuerdo Transpacífico
de Cooperación Económica].
El
TPP es un acuerdo comercial entre doce países de la Cuenca del Pacífico que
involucra a una amplia gama de temas de política económica, alcanzado el 5 de
octubre de 2015, después de siete años de negociaciones. Sus miembros incluyen,
entre otros, a Chile, México y Perú. Está siendo introducida como con un ariete
en el Congreso de los EE.UU, sin que sus representantes tengan un
conocimiento cabal de qué se trata. Obama declaró:
“Con
TPP, China no determina las reglas en esa región, sino nosotros. ¿Quieren
demostrar nuestra fuerza en este siglo? Hagan que se apruebe este acuerdo.
Dadnos las herramientas para hacerlo cumplir”. Es hacer lo correcto. (Aplauso)
Cuba
depende de sí misma para su soberanía e independencia. Aun cuando estuvo aliada
con la antigua Unión Soviética, mantuvo la distancia y nunca se convirtió en un
satélite de la antigua URSS. Sin embargo, un mundo multipolar en crecimiento la
favorece mucho. En esta situación, la Isla puede desarrollar más eficazmente
las relaciones económicas y políticas, como lo hace actualmente con China y
Rusia, que ya no están dentro de la esfera de influencia de EE.UU. y de
las potencias occidentales.
El
afán de los EE.UU. por dominar al mundo, incluyendo a países como China y
Rusia, no puede ser subestimado. Todo logro en esta dirección afectará también
a Cuba. El concepto y la política del “imperialismo estadounidense” no solo es
todavía aplicable, sino que es más necesario que nunca tener conciencia de su
existencia, cuando se disfraza para hacer avanzar las mismas políticas. Su
cualidad camaleónica es más peligrosa ahora en la fase de Obama. La dominación
mundial no ha dejado de ser el objetivo del imperialismo estadounidense, cuya
verdadera naturaleza es la supremacía global. América Latina y el Caribe,
incluyendo a Cuba, son blancos para lograr la dominación mundial.
Segundo,
acerca de la política estadounidense de relaciones exteriores, además del
objetivo de bloquear la creciente tendencia de un mundo multipolar, Obama se
refirió a lo siguiente, créanlo o no:
“Estados
Unidos de América es la nación más poderosa de la Tierra. Punto. (Aplauso)
Punto. No hay comparación. No hay comparación. (Aplauso). No hay comparación.
Gastamos más en nuestras fuerzas militares que las siguientes ocho naciones
juntas”.
¿Por
qué hacer a los lectores esta pregunta retórica: “créanlo o no”? Cuando este
comentario de Obama se envió en un tweet mientras pronunciaba su
discurso, varios seguidores desde EE.UU., respondieron con tweets preguntando
en forma incrédula: “Un momento, ¿él dijo eso realmente?”. Sí lo dijo. Y no
solo eso, lo dijo con más orgullo aun en la siguiente frase:
“Nuestras
tropas son las mejores fuerzas de combate de la historia del mundo”. (Aplauso)
La
respuesta a esto es que nunca habrá justicia para los millones de personas
muertas a manos del ejército de los EE.UU desde la Segunda Guerra
Mundial, desde Corea a Vietnam, Afganistán, Irak y otros países con sus aliados
como Israel y Arabia Saudí. De hecho, Obama dijo lo siguiente acerca de
Vietnam:
“Tampoco
podemos intentar hacernos cargo y reconstruir cada país que entre en crisis aun
cuando sea con la mejor de las intenciones. (Aplauso) Eso no es ser un líder;
es una manera segura de acabar en un atolladero, derramando sangre y dinero
estadounidense que en definitiva nos debilitan. Es la lección de Vietnam, de
Irak, y ya deberíamos haberla aprendido”. (Aplauso)
Obama,
como siempre ha dicho en el caso de Vietnam, lamenta “el derrame de sangre y
dinero estadounidense”. Pero nuevamente, no mencionó a más de 1 millón de vietnamitas
muertos a manos de las fuerzas armadas de los Estados Unidos durante su
agresión y guerra contra ese país. Esta ha sido su posición desde sus inicios
de su carrera política en lo relacionado a esa guerra y así lo escribió en un
libro suyo, publicado en el 2006 con anterioridad a su primer mandato del 2008.
No es nada nuevo. El poderío militar con una fuerte dosis de chovinismo
estadounidense se vincula directamente con su oposición a un mundo multipolar
en crecimiento.
Permítanos
cambiar el enfoque hacia la política interna de Obama. Una vez más, existen
muchos temas a considerar. Sin embargo nos concentraremos en solo dos.
Primero,
algunas personas pueden recordar que cuando surgió el movimiento de
afroamericanos y sus seguidores contra los ataques racistas y asesinatos por
parte del estado/policía, los manifestantes de base (grass-roots) izaron
las pancartas con la consigna “Black Lives Matter” [Las vidas de
afroamericanos importan.] Ahora bien, ¿cuáles fueron las respuestas de
los políticos y grupos racistas de derecha, y de muchos en la policía?
Para contrarrestar el movimiento “Black Lives Matter” crearon
consignas como “White Lives Matter” o incluso “Blue Lives Matter” [Las
vidas de los blancos importan, Las vidas de los “azules” importan] (en
referencia a los uniformes azules de la policía) o “All Lives Matter”[Todas
las vidas importan.] A continuación es lo que Obama dijo en su alocución:
“Voces
que nos ayudan a vernos no primero y ante todo como negros o blancos, asiáticos
o latinos, homosexuales o heterosexuales, inmigrantes o nacidos aquí; no como
demócratas o republicanos, sino primero como estadounidenses, unidos por un
credo común”.
¿No
es esto un ataque indirecto (o incluso directo) contra “Black Lives
Matter”? No significa esta declaración, aparentemente inocente y moral, su
apoyo una vez más, a la alternativa del orden político. ¿No es este apoyo
velado al retroceso reaccionario una negación de la opresión violenta del
estado contra ciudadanos afroamericanos, basado en el legado del origen de los EE.UU.
como una sociedad esclavista? Este aspecto del discurso del Estado de la Unión
es muy similar a lo que él pregonaba y exponía en sus libros publicados antes
de ser presidente, en relación a que los EE.UU. es una “sociedad
post-racista”.
Esta
declaración traicionera de ser “estadounidenses primero” es más evidente aun
cuando se tiene en cuenta lo siguiente. Durante el transcurso del discurso de
Obama, no se mencionó una palabra sobre las muertes de afroamericanos a manos
de la policía en el 2015 y de su frecuente encarcelamiento masivo. Tal como en
el 2013 y el 2014, la sociedad norteamericana está desgarrándose por el racismo
latente todavía muy presente y creciendo en ese país. Sin embargo, no dijo
siquiera una palabra al respecto, de las 6.000 pronunciadas en el discurso del
Estado de la Unión. Ello sería normal en esa presentación.
Si
el discurso expuso la violación extrema de los derechos humanos en los EE.UU,
¿cómo puede Obama, tener la cara dura de sermonear a Cuba y a otros países
sobre los derechos humanos y la democracia? Los cubanos han manifestado
fuertemente a los EE.U lo siguiente: ¿Ustedes quieren hablar de derechos
humanos en Cuba? Muy bien, pero debemos hablar también de derechos humanos en
los EE.UU.
El
Segundo tema interno, además del racismo, es la democracia, sobre la que Obama
dijo:
“Pero
la democracia sí necesita unos lazos básicos de confianza entre sus ciudadanos…
Ante todo, [después de dar algunos ejemplos] la democracia deja de funcionar
cuando las personas sienten que sus opiniones no son importantes…”
¿Importó
(e importa) la “voz” de la gente cuando se trata del movimiento “Occupy”(Ocupa),
reprimido por la policía y el FBI durante la administración del presidente
Obama? Se escuchó la voz de los afroamericanos y sus aliados en relación a la
muerte, a manos de la policía y autoridades, de ciudadanos afroamericanos?
Recordemos que George Zimmerman, el asesino de Trayvon Martin, fue exonerado por
el Departamento de Justicia durante la presidencia de Obama, en febrero de
2015. Al policía asesino del joven Michael Brown en Ferguson se le dio el visto
bueno para evitar el juicio y el encarcelamiento por la Administración de Obama
cuando en el informe de su Departamento de Justicia del 4 de marzo de 2015
también lo exoneró del delito de asesinato. En su lugar, [el gobierno de Obama]
optó por la “confianza” de parte de los afroamericanos, por un lado y el
aparato de policía estatal/justicia, por el otro lado. Esta política se repite
nuevamente en la cita de “lazos básicos de confianza” mencionada en el discurso
del Estado de la Unión. Mientras que el público es bombardeado simultáneamente
por la guerra de palabras de los medios de prensa y del estado, la impunidad
del estado/policía entró en una espiral sin control. Esta situación no
constituye una base firme para dar lecciones a países como Cuba sobre la
democracia y los derechos humanos.
Existen
muchos problemas internos que abordar. Sin embargo, cerremos este tema. El
Presidente Obama recordó al Dr. Martin Luther King cuando declaró:
“Voces
que el Dr. King creyó que tendrían la última palabra”.
Solo
la mera mención del nombre de esta importante figura de la política y la moral
de losEE.UU, salida de los labios de Obama, nos hace hervir la sangre. Dr.
Martin Luther King, a diferencia de Obama, protestó muy vehementemente contra
la guerra de los Estados Unidos contra Vietnam. Si el Dr. King estuviera vivo
hoy, con seguridad se opondría a la cantidad record de guerras que el ganador
del Premio Nobel de la Paz está librando en el Medio Oriente. Dr. King fue un
luchador valiente contra el racismo y la pobreza. Llevó a cabo sus misiones, no
para usarlas como trampolín para una carrera política lucrativa, sino por el
contrario, para estar hombro con hombro con el pueblo a expensas de su propia
vida. King es una leyenda mucho más cercana al legado de la Revolución cubana
que al del presidente Obama.
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