Circula un reporte de El Nuevo
Herald en el que se asegura que los ex presidentes Sebastián Piñera, de
Chile, y Felipe Calderón, de México, así como el nobel de literatura
Mario Vargas Llosa se mostraron cautos sobre los resultados del acercamiento
entre Washington y La Habana y la posibilidad de que ese proceso genere una
apertura democrática en la Mayor de las Antillas. Ello tuvo lugar, cuando los
susodichos participaron en un debate realizado en el Instituto Cervantes de
Nueva York para analizar los vínculos de Estados Unidos con Latinoamérica el
pasado día nueve del corriente.
Según ese periódico, Vargas Llosa, ex
candidato presidencial peruano y defensor de las sanciones económicas impuestas
por EEUU a Cuba a partir de 1960, afirmó que “El embargo [persistente
Bloqueo condenado por la ONU] no ha sido ese incentivo que se
esperaba durante muchos años para que hubiera una apertura [en la Isla al
estilo Made in USA]”; y añadió que el propósito de esa política genocida
fue acabar con el “poder totalitario” en el archipiélago cubano y desalentar
procesos parecidos en Latinoamérica.
Igualmente, ese vocero que por lo
general se hace eco de ideas malsanas respecto a mi Nación dice que también
este nobel de literatura reconoció que el Bloqueo en cuestión se ha convertido
en un “pretexto” del Caimán Verde para culpar al Águila Imperial de
sus propias “miserias”; y que los acercamientos entre EE.UU. y Cuba dejan
a muchos “desconcertados” porque “provoca mucha inquietud de cubanos defensores
de la democracia, que ven que es una especie de oxígeno que recibe el Gobierno
cubano (…), sin hacer concesiones a la libertad” —las negritas son mías.
Además, el rotativo con epicentro en
el Sur de los Estados Unidos de América resalta asimismo otras expresiones por
el propio estilo del laureado escritor; al tiempo que destaca palabras de los
antiguos gobernantes de Chile y México en la misma dirección.
Debo manifestarles a mis lectores/as
que una vez más hallé coherencia en El Heraldporque, unos días antes del
reporte citado, difundió un trabajo del señor Andrés Reynaldo en el cual se
¿evidencia? un supuesto “cambio-fraude” en la Revolución Cubana con el alegato
irónico de acuerdo con el cual a los “trogloditas” de Miami apenas les asiste
el “resentimiento” y el “inmovilismo”. Por cierto, entre quienes se hicieron
eco de esta percepción aparece la escritora de origen cubano y devoto del
“Norte revuelto y brutal” que responde al nombre de Zoé Valdés.
Entretanto, significo que las personas
aludidas clasifican entre quienes ansían reciprocidad
en el cambio de actitud en los vínculos entre las autoridades
políticas de ambos lados del Estrecho de la Florida o sea, que en canje a la postura de la
Casa Blanca desde el 17 de Diciembre último, el grueso de cubanos/as
que construimos una sociedad sin predominio de Economía de Mercado (propiedad
privada a sus anchas) ni reinado del Pluripartidismo (derribar en
la Isla su Partido dirigente y Democracia) renunciemos a la
edificación del martiano Culto a la Dignidad Plena de la Persona.
A la sazón —por mucho, si me afinco en
la convicción de que el enfoque de enconados adversarios del Socialismo en mi
Patria deviene prueba inequívoca de que marchamos por el camino correcto—, con
más de mil elementos de juicio exclamo a los cuatro vientos de cara a la
actitud actual de Cuba ante EEUU, “sin hacer concesiones a la libertad” y al
decir de una estrofa de un cantar popular del patio: ¡“… qué paso más chévere,
el de mi Conga es”!
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