A través de un comunicado escrito en
francés y en árabe, el autodenominado Estado Islámico se atribuyó la autoría de
los ataques perpetrados este viernes 13 de noviembre, en París, en los que han
muerto al menos 127 personas, unas 180 han resultado heridas y 80 de ellas de
gravedad.
El comunicado fue difundido a través
de canales en internet de Estado Islámico, de acuerdo con el experto en medios
de comunicación yihadistas de la BBC, Peter King. [1]
El presidente francés, François
Hollande, ha declarado que el Estado Islámico está detrás de los ataques. El
líder galo ha anunciado un duelo nacional de tres días por los ataques, dijo
además que, “Es un acto de guerra cometido por un ejército yihadista contra los
valores que defendemos y contra lo que somos: un país libre”. [2]
Interpol anunció la creación de un
gabinete de crisis en la sede de su secretariado general en la ciudad francesa
de Lyon para coordinar la respuesta a los atentados terroristas de la pasada
noche en París. [3]
Numerosos líderes mundiales se han
expresado contra los ataques terroristas y han expresado solidaridad y
condolencias a las familias francesas, incluido el presidente de Siria, Bashar
al Assad, quien señaló que “Francia conoció ayer lo que vivimos en Siria desde
hace cinco años”. [4] El Vaticano condenó “de la forma más radical” los
atentados en París. [5]
Es cierto que ahora, todos estamos
consternados, mientras durante meses hemos hecho oídos sordos a los atentados
que esta organización religiosa radical ha llevado a cabo principalmente en
Siria y países fronterizos. “Cuando sufre el de la calle de enfrente da igual,
pero cuando sufre el vecino, nos llevamos las manos a la cabeza”… El mundo
entero está consternado. El mundo entero tiene miedo. El mundo entero tiene
parte de la culpa. [6]
Ante la anterior afirmación, cabe un
sí y un no, con zonas intermedias. Veamos este mapa de Google con ataques
terroristas desde 1998, y no han sido todos precisamente en Europa o Estados
Unidos, pero nadie dice una simple palabra contra el terrorismo de Israel en
Palestina. [7]
Después del ataque del 11 de
septiembre de 2001, el Consejo de Seguridad estableció un Comité contra el
Terrorismo, y la resolución 1373, que obliga a los Estados Miembros a adoptar
algunas medidas para prevenir las actividades terroristas y penalizar diversas
formas de acciones terroristas, así como para adoptar medidas que asistan y
promuevan la cooperación entre los países, incluso la adhesión a los
instrumentos internacionales contra el terrorismo. [8]
Pero, tiene que ser al menos llamativo
que aún todos los estados no estén de acuerdo en el mismo término ‘terrorismo’,
y como tantas otras resoluciones de la ONU, cada estado la cumple a su modo y
el fenómeno crece. Así, Estados Unidos se permitió una guerra global contra el
terrorismo, apoyada por varios miembros de la OTAN y otros aliados, con el fin
declarado de acabar con el terrorismo internacional, eliminando
sistemáticamente a los denominados grupos terroristas, considerados así por la
Organización de las Naciones Unidas, y a todos aquellos sospechosos de
pertenecer a estos grupos.
La ofensiva internacional fue lanzada
por la Administración de Bush, convirtiéndose en parte central de la política
exterior e interna de esa administración en torno a los países integrados en el
llamado eje del mal. Según las informaciones aparecidas en diversos medios (The
New York Times, The Guardian, Rolling Stone), el sucesor de Bush, Barack Obama,
ha iniciado una “guerra secreta” contra el terrorismo autorizando ataques con
drones contra supuestos dirigentes y militantes de Al Qaeda y grupos yihadistas
asociados, en Yemen, Somalia y Pakistán. [9]
Baste recordar, como un alucinante
deja vu, lo que vino después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en
Estados Unidos. Guerra, espionaje generalizado, represión y manipulación del
pueblo norteamericano, mentiras, violencia generalizada, todo en aumento y con
variantes, hasta ver hoy las dramáticas imágenes de matanzas y una inmigración
hacia Europa descontrolada e inhumana.
Ahora, cuando se suponía que Francia
estaba siendo protegida en previsión de la próxima cumbre del clima Paris 2015,
se van a maximizar la militarización y el control sobre los ciudadanos, tanto
allí como en toda Europa, la OTAN hace lo suyo y nada indica que los europeos
estarán más seguros o serán más libres.
El miedo como instrumento del poder va
a permitir cualquier acción, inimaginables quizás, en estos momentos. No se
trata de una visión apocalíptica, sino de que la hipocresía de los gobiernos
del capitalismo transnacional caminarán como corderos por el derrotero que
indiquen los lobos, porque están faltos de voluntad como lo prueba la
incapacidad para dar una respuesta sensata y altruista a conflictos como el de
Siria o la crisis de los refugiados del Medio Oriente.
Si como cubanos sabemos que la gran
falacia de un terrorismo bueno y otro malo que practican las grandes potencias,
una vez más también está, para quien lo quiera comprender, la advertencia y
visión estratégica y totalizadora de Fidel Castro en 2001:
“La lucha internacional contra el
terrorismo no se resuelve eliminando a un terrorista por aquí y otro por allá;
matando aquí y allá, usando métodos similares y sacrificando vidas inocentes.
Se resuelve poniendo fin, entre otras cosas, al terrorismo de Estado y otras
formas repulsivas de matar, poniendo fin a los genocidios, siguiendo lealmente
una política de paz y de respeto a normas morales y legales que son
ineludibles. El mundo no tiene salvación si no sigue una línea de paz y de
cooperación internacional”. [10]
Y, mire si lleva razón. Veremos qué
nos depara el poder mundial después del viernes 13 sangriento de París.
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