“Los
funcionarios estadounidenses anunciaron un nuevo esfuerzo para equipar a nuevas
fuerzas sobre el terreno”, sin embargo, la nueva alianza militar que busca
forjar Estados Unidos en Siria “solo existe por su nombre y los desafíos
políticos y logísticos que enfrenta son desalentadores”, afirma
el artículo.
Tras
el fracaso del programa de Washington para entrenar a los opositores
armados en Siria, los medios de comunicación revelaron el mes pasado la
formación de las llamadas Fuerzas Democráticas de Siria, apoyadas por Estados
Unidos, que incluyen a varios grupos armados árabes y kurdos.
El
artículo enfatiza que esta agrupación enfrenta problemas potenciales, como
la heterogeneidad de sus fuerzas, que podrían hacer imposible su éxito.
En
este sentido, precisa que su gran dependencia de las milicias
kurdas, cuyos avances podrían enojar a Turquía, un estrecho aliado de Estados
Unidos, causa desconfianza entre los grupos árabes.
“Daesh
trae combatientes extranjeros, mientras ellos (los kurdos) traen combatientes
extranjeros para combatir por su proyecto kurdo. Si eso es lo que creen,
fracasarán“, dijo un comandante árabe al rotativo norteamericano.
Las
nuevas medidas de Estados Unidos en Siria se producen después de que Rusia
comenzara sus operaciones antiterroristas en el país árabe en
coordinación con el Gobierno y el Ejército sirio.
Estados
Unidos ve en peligro la posición de los grupos armados y terroristas que
respalda desde el comienzo de la crisis en Siria para derrocar
al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, por lo que ha reforzado el
apoyo militar y financiero a estas bandas armadas.
Además, Washington anunció
el pasado viernes el envío a Siria de hasta 50 uniformados del cuerpo de
Fuerzas Especiales de su Ejército en calidad de “asesores militares”.
El
presidente de Estados Unidos, Barack Obama, alegó que las fuerzas que serán
desplegadas en Siria no participarán en la línea frontal de los
enfrentamientos armados.
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