Bruno
Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, asumió en nombre
de la Isla, la presidencia de la Asociación de Estados del Caribe (AEC).
Rodríguez
Parrilla agradeció la confianza depositada en su país para presidir la AEC en
este año, y dijo que es un alto honor desempeñar esa responsabilidad en una
etapa de revitalización de la organización, reportó Prensa Latina.
Aseguró
que el compromiso de Cuba es trabajar arduamente para impulsar ese proceso y en
ese sentido anunció la decisión de convocar la VII Cumbre de la AEC en La
Habana, el próximo mes de junio.
Aspiramos
a que ese encuentro contribuya a consolidar el proceso de renovación iniciado
en las Cumbres de Pétion Ville en 2013, con su Plan de Acción, y la
conmemorativa efectuada en 2014, en México, con los compromisos emanados de la
Declaración de Mérida, aseveró.
Esperamos
que en la VII Cumbre se aprueben una Declaración y un Plan de Acción que
reflejen la voluntad y el consenso de lo que deseamos que sea y haga nuestra
Organización en el futuro inmediato, reafirmando sus principios fundacionales,
añadió.
Al
intervenir en la XXI Reunión Ordinaria del Consejo de Ministros de la
Asociación de Estados del Caribe (AEC), el canciller cubano recordó que la
situación ha cambiado respecto al momento cuando la AEC fue creada, hace más de
20 años.
Pero
debemos recordar el significado histórico de la primera cita a ese nivel en
Trinidad y Tobago, en 1995, porque la AEC fue un paso precursor en el camino
hacia lo que hoy hemos logrado, significó.
Rememoró
que el fortalecimiento de las relaciones amistosas entre los pueblos del Caribe
es un propósito refrendado en el Convenio Constitutivo de la entidad.
“En
la II Cumbre de la CELAC se firmó por los Jefes de Estado y Gobierno, la
Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz”, recordó.
Además,
en la AEC estamos 25 de los 33 países miembros de la Comunidad de Estados
Latinoamericanos y Caribeños (Celac). “Promover la letra y el espíritu de ese
documento histórico, es indispensable para avanzar hacia nuestros objetivos”,
puntualizó.
Ser
“un organismo de consulta, concertación y cooperación (articulo III del
Convenio)” nos brinda la capacidad de dialogar sobre los temas de interés
común, desarrollar la más amplia cooperación, preservar el medio ambiente y
ejercer nuestra soberanía sobre los recursos naturales, fortalecer las
relaciones de amistad y cuanto nos beneficie, dijo.
Remarcó
que la cooperación ha sido una característica del Caribe y de la AEC, pero
“necesitamos definir prioridades y actuar en la movilización de recursos
colectivos para avanzar hacia nuestros objetivos”.
Alertó
que los efectos del cambio climático constituyen, probablemente el mayor reto
para la región, incluso de supervivencia en mediano plazo.
Aseguró
que por eso la prevención de riesgos y la mitigación de los efectos de los
desastres naturales son temas de la mayor prioridad, por su efecto económico en
el turismo, e igualmente importante es la conectividad aérea y marítima
vinculada al sector turístico y al comercio.
Dijo
que Cuba cuenta hoy con el Centro de Creación de Capacidades para la Reducción
de Riesgos de Desastres y la Adaptación al Cambio Climático.
Añadió
que México ha prestado valiosa cooperación en esa esfera, como valiosa y
generosa ha sido también la ayuda venezolana ante desastres.
Reiteramos
nuestra disposición de ofrecer la experiencia científica acumulada en el
enfrentamiento a los efectos del cambio climático en materia de erosión costera
y otros flagelos que amenazan al Mar Caribe y favorecemos la concreción de
proyectos, aseguró.
Expresó
que Cuba ha participado en dos proyectos destacados del Comité de Transporte de
la Organización: El “Mapa de Rutas Marítimas” y la “Estrategia Marítima y
Portuaria”.
Consideramos
que una fase siguiente de los mismos pudiera resultar de utilidad para los
servicios existentes en el Gran Caribe y servir, incluso, de modelo con vistas
a elaborar el cuadro de rutas aéreas en la región, indicó, aunque reconoció que
el reto en esta esfera es muy grande y requiere de un esfuerzo regional para
enlazar el Caribe.
Manifestó
que la mayor de las Antillas aboga por un desarrollo regional integrado, no
excluyente y equitativo, que asegure un tratamiento especial, diferenciado y
favorable a los pequeños estados del Caribe, considerando sus vulnerabilidades
ambientales y económicas.
El
Canciller agradeció la posición que tradicionalmente han adoptado los Estados
Miembros de la AEC en rechazo al injusto bloqueo impuesto a Cuba por el
gobierno estadounidense, en especial los textos adoptados en las Declaraciones
de Pétion Ville y Mérida.
Aseguró
que el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la
Isla no ha significado el fin del bloqueo, que constituye el mayor obstáculo al
desarrollo y los cubanos seguirán luchando por su eliminación, con el apoyo de
la comunidad internacional y la solidaridad de latinoamericana y caribeña.
Indicó
que en las nuevas circunstancias del establecimiento de vínculos, Cuba siempre
reservará un lugar especial para los países del Gran Caribe, con quienes
comparte intereses afines.
No
olvidaremos la decisión de integrar a Cuba a la AEC desde los inicios de su
gestación, enfrentando las políticas de aislamiento y bloqueo contra nuestro
país, evocó.
Al
asumir la Presidencia de la organización, reitero la confianza en las
potencialidades de la AEC para hacer una contribución sobresaliente a la
integración latinoamericana y caribeña, afrontar con éxito los desafíos
políticos, económicos, sociales, ambientales y culturales de estos tiempos,
enfatizó el canciller cubano.
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