Por Edmundo
García / La Tarde se Mueve
En
un artículo publicado en diciembre del 2012 comenté sobre el porvenir político
de la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen, Republicana
por el Distrito 27 de la Florida: “la influencia de Ileana está por el
piso al tener que dejar la jefatura de la comisión de relaciones exteriores del
congreso, mientras en algunos círculos, incluyendo
el más cercano a ella misma, se comenta que pudiera no aspirar a reelegirse más
temprano que tarde.”
Tiempo
después, en un artículo de mayo del 2015 titulado “No solo a
Ros-Lehtinen, también a Mario Díaz-Balart le ha llegado la hora de
retirarse de la política”, retomaba el tema de la reelección de la
representante, y decía: “Algo hay que envejece más la posición de estos
legisladores. Su política de guerra fría es vieja con respecto a la línea
actual de los dirigentes y el pueblo cubano, y es también obsoleta respecto a
la actual política norteamericana hacia Cuba del residente de los Estados
Unidos, de no pocos legisladores y de la mayoría de los cubanoamericanos. Mario
Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen están totalmente desfasados de
época.”
Si
esto era cierto entonces, a la luz de los nuevos acontecimientos noticiosos con
que terminó el año 2015 y comenzó el 2016 la aseveración sobre el desgaste
total de Ros-Lehtinen, y la necesidad de su paso al retiro de la política, es
ahora más que convincente.
Desde
horas de la madrugada de este domingo 17 de enero la televisión hispana de
Estados Unidos está reportando (además de los registros sísmicos en Santiago de
Cuba) sobre la llegada a Miami desde Laredo de los primeros grupos de
emigrantes cubanos que se habían concentrado en Costa Rica y fueron
autorizados a atravesar El Salvador,Honduras, Guatemala y México.
Excepto
un caso, donde un señor repitió los slogans del escape de la isla por falta de
libertad y violación a los derechos humanos, el resto de los entrevistados a su
llegada a Miami declaró que su deseo era ayudar a los familiares y amigos que
dejaron atrás. Eso fue todo, y créanme si les digo que la prensa que reportaba
tenía el propósito y el mandato de politizar la noticia.
Señalo
esto porque la inmensa mayoría de los emigrantes cubanos que ya vienen llegando
a los Estados Unidos, va a disminuir aún más en lo cuantitativo la base social
de apoyo tradicional a la congresista Ros-Lehtinen, integrada principalmente
por cubanos de extrema derecha interesados en impedir la normalización de
relaciones entre Cuba y Estados Unidos. En términos absolutos, esta emigración
significa la derrota total de las posiciones más extremistas y violentas contra
la Revolución Cubana, a pesar de la impresión que durante unos minutos al
día puedan dar algunos medios manipuladores del sur de la Florida.
Las
manifestaciones en las aceras y locales de Miami que antes capitalizaban a su
favor políticos como Ros-Lehtinen ya no se producen; por la crisis del antiguo
liderazgo que las convocaba y por el cambio de composición demográfica y
formación política y cultural del nuevo Miami.
Es
penoso ver a través del canal de televisión del Congreso de Estados Unidos, las
comparecencias desabridas y en solitario que hace la congresista Ros-Lehtinen.
Son ridículos algunos de los recursos “rejuvenecedores” en materia de moda y
uso del lenguaje corporal que le han recomendado sus asesores de imágenes. Y
por supuesto, risibles son sus declaraciones contra la política hacia Cuba del
Presidente Obama.
Ileana
no parece comprender que ella es una funcionaria venida a menos en el cuerpo
legislativo y que no tiene la más mínima posibilidad de contrarrestar la figura
y el poder del Presidente de los Estados Unidos.
Si
en anteriores períodos Ileana Ros-Lehtinen se impuso gracias a sus padrinos
políticos; si luego lo logró amparada en jugadas electorales que le
garantizaban ir sin contrincantes reales hacia las urnas, hoy Ros-Lehtinen
sobrevive gracias a recaudaciones de la derecha cubanoamericana de Miami y al
rediseño ventajoso de su distrito electoral.
Lejos
quedan los tiempos en que mientras ascendía en su carrera política,
Ros-Lehtinen se atrevió a dirigirse con atrevimiento al General Barry
Richard McCaffrey (Zar anti drogas en el gobierno de Bill Clinton desde
febrero de 1996 a enero del 2001). Sin embargo, de ese incidente está más cerca
la puesta en su verdadero lugar que sufrió Ros-Lehtinen, quien tuvo que
escurrirse cuando Mr. McCaffrey le exigió que se dirigiera a él considerando su
condición de General de cuatro estrellas.
La
Representante Ileana Ros-Lehtinen, después de tantos errores, debería retirarse
de la vida pública y darse ella misma una oportunidad para el disfrute de su
vida personal. Entre los records más negativos de Ros-Lehtinen se encuentra el
apoyo y vínculos con el terrorista internacional Orlando Bosh; la defensa
de los golpes de estado en Hondurasy Paraguay (de corte
Parlamentario), y de intentos de trasnochados “gorilazos” enEcuador y Venezuela.
Inolvidable es también por su torpeza política el haber pedido públicamente en
un programa de la tv británica el asesinato del líder histórico de la
Revolución Cubana Comandante Fidel Castro, de lo cual tuvo que retractarse
vergonzosamente.
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