jueves, 21 de enero de 2016

#PinarDelRío ''Nuevos amigos''


Una vez más le abrimos las puertas de la redacción del periódico Guerrillero a un grupo de suscriptores del diario norteamericano The New York Times, quien visitó ayer la provincia Pinar del Río.
Este fue el séptimo encuentro, en el que la hospitalidad de los trabajadores del semanario prevaleció entre otras características.
Algo llamó mi atención. Es cierto, los grupos anteriores eran diferentes en cuanto a cantidad, edad y personas de diversas regiones de los Estados Unidos; pero en este, noté tal familiaridad como si nos hubiésemos conocido mucho antes.

Sus rostros revelaban al inicio curiosidad por conocer la historia de Guerrillero, el trabajo de los periodistas, cómo ellos reflejan los acontecimientos de la provincia, Cuba y el mundo, entre otras temáticas surgidas en el transcurso del intercambio que tuvimos, por más de una hora.
"Tratamos que el periodismo se parezca a la realidad pinareña. La labor crítica que desempeñamos tiene la finalidad de instruir al pueblo, de mejorar los comportamientos sociales, y de lograr que las instituciones, que cometieron algún error, sean capaces de rectificarlo", dijo Ernesto Osorio director del medio de prensa.
El propio encuentro, como los anteriores, fue resultado del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y ante el cuestionamiento de uno de los invitados acerca de ese hecho, la respuesta de Osorio Roque fue: "Vemos con alegría los pasos del restablecimiento; no obstante, seguimos en la lucha por la eliminación del bloqueo, que tanto entorpece el desarrollo económico de la nación cubana".
Los suscriptores del diario norteamericano, impresionados por estas palabras, expresaron sentirse apenados por las consecuencias del bloqueo; y que a pesar de todo ello ven a los cubanos luchadores y capaces de seguir adelante.
Nosotros respetamos al pueblo estadounidense y por demás, conocemos las raíces políticas y la manera de actuar de este Gobierno. La cooperación de las naciones, sin envidia ni malicias, ayuda al fortalecimiento y desarrollo de ellas.
El tiempo colapsó. Era hora de continuar el viaje. Las sonrisas y los aplausos de los nuevos amigos también fueron muestra de agradecimiento, satisfacción y de haber pasado un rato agradable, con personas humanas, con valores, sentimientos y sobre todo, orgullosos de vivir en esta Isla.

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