Una
vez más le abrimos las puertas de la redacción del periódico Guerrillero a un
grupo de suscriptores del diario norteamericano The New York Times, quien
visitó ayer la provincia Pinar del Río.
Este
fue el séptimo encuentro, en el que la hospitalidad de los trabajadores del
semanario prevaleció entre otras características.
Algo
llamó mi atención. Es cierto, los grupos anteriores eran diferentes en cuanto a
cantidad, edad y personas de diversas regiones de los Estados Unidos; pero en
este, noté tal familiaridad como si nos hubiésemos conocido mucho antes.
Sus
rostros revelaban al inicio curiosidad por conocer la historia de Guerrillero,
el trabajo de los periodistas, cómo ellos reflejan los acontecimientos de la
provincia, Cuba y el mundo, entre otras temáticas surgidas en el transcurso del
intercambio que tuvimos, por más de una hora.
"Tratamos
que el periodismo se parezca a la realidad pinareña. La labor crítica que
desempeñamos tiene la finalidad de instruir al pueblo, de mejorar los
comportamientos sociales, y de lograr que las instituciones, que cometieron
algún error, sean capaces de rectificarlo", dijo Ernesto Osorio director
del medio de prensa.
El
propio encuentro, como los anteriores, fue resultado del restablecimiento de
las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, y ante el
cuestionamiento de uno de los invitados acerca de ese hecho, la respuesta de
Osorio Roque fue: "Vemos con alegría los pasos del restablecimiento; no
obstante, seguimos en la lucha por la eliminación del bloqueo, que tanto
entorpece el desarrollo económico de la nación cubana".
Los
suscriptores del diario norteamericano, impresionados por estas palabras,
expresaron sentirse apenados por las consecuencias del bloqueo; y que a pesar
de todo ello ven a los cubanos luchadores y capaces de seguir adelante.
Nosotros
respetamos al pueblo estadounidense y por demás, conocemos las raíces políticas
y la manera de actuar de este Gobierno. La cooperación de las naciones, sin
envidia ni malicias, ayuda al fortalecimiento y desarrollo de ellas.
El
tiempo colapsó. Era hora de continuar el viaje. Las sonrisas y los aplausos de
los nuevos amigos también fueron muestra de agradecimiento, satisfacción y de
haber pasado un rato agradable, con personas humanas, con valores, sentimientos
y sobre todo, orgullosos de vivir en esta Isla.
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