Viñales ha sido siempre uno de los principales destinos turísticos en Cuba, con encanto de sobra tanto para visitantes nacionales como extranjeros.
Es
un sitio donde confluyen ciudad y naturaleza. En Viñales hay mucho por hacer y
su interés le viene por disimiles atracciones de ese valle. Da igual si usted
está de vacaciones en esa zona para descansar o para buscar aventuras porque
allí encontrará lo que necesite: una típica postal de Cuba.
Paisajes,
gente linda y afable, experiencias exóticas, refugio, una exquisita gastronomía
y mucha cultura… todo eso y más hay en el Valle de Viñales, declarado
Patrimonio Natural de la Humanidad desde 1999.
Recientemente
el periódico New York Times publicó una guía interactiva de viajes en la que
Viñales figura como uno de los principales destinos turísticos en 2016.
En
una lista de 52 sitios de interés entre los que aparecen la populosa Ciudad de
México, la francesa Burdeos, la magia del Mediterráneo con Malta, la moderna
Toronto, la espectacular Abu Dhabi, la española San Sebastián o la sugerente
Washington DC, Viñales se ubicó en el puesto número 10 con la belleza natural
como su mejor conquista.
El
Valle de Viñales es un accidente geográfico y se localiza en la Sierra de los
Órganos, en la provincia de Pinar del Río, al extremo occidental cubano. El
pueblo de Viñales es una pequeña urbe con mucho movimiento, sobre todo por el
ir y venir de turistas diariamente.
Muchos
de los visitantes que van por pocos días terminan alargando su estancia allí
pues es muy fácil sucumbir ante el esplendor natural que se vuelca
espontáneamente ante nuestros ojos. Hay tanto que hacer en Viñales…
Escoja
el lomo de un caballo, una bicicleta, un auto o la llamada guarandinga
(transporte local); da igual lo que usted prefiera, pero hay muchas cosas que
no pueden le faltar en una visita a Viñales:
Ir
al Rancho San Vicente y hacer el paseo en bote por el río subterráneo en la
Cueva del Indio, retratarse frente al Mural de la Prehistoria, escalar- al
menos- uno de los mogotes del valle, darse una vuelta por la Cueva del
Palmarito o aprender del cultivo del tabaco, pues hay muchas fincas y
campesinos allí dispuestos a contarnos sobre sus secretos para hacer el mejor tabaco
del mundo.
El
senderismo es definitivamente un plato fuerte en un viaje a Viñales. Andar por
los caminos, adentrarse entre los árboles y montañas, y terminar la jornada
refrescándonos en un río promete una experiencia muy placentera. Claro, siempre
habría que hacer una escala en alguna de las paladares que proliferan en la
zona. En esos restaurantes particulares, con preciosas vistas al valle desde
sus portales, se vende la mejor comida criolla. Tan generosos son los platos de
la cocina cubana en esos lugares, que el turista saldrá de allí pleno,
dispuesto a seguir explorando en lo que resta del día. Un sitio de culto para
los habitantes de Viñales y para los turistas es la terraza del hotel Los
Jazmines, que, por décadas, ha sido sitio escogido por las parejas de
enamorados.
La
vista desde Los Jazmines resume el encanto de Viñales, es uno de los mejores
atributos de la zona. Sobre todo los atardeceres provocan infinitos suspiros
del que contempla. De su balcón se ve todo el valle, y la imagen de los mogotes
al frente es tan inspiradora que parece que hubieran pintado un cuadro
especialmente para nosotros. Es la foto perfecta, ideal para todos los gustos,
poética, eterna, que no se destiñe con la lluvia ni con la niebla fría de la
mañana.
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