jueves, 21 de enero de 2016

#PinarDelRío ''“#Cuba está de moda”; el fetichismo mediático y cuatro gobernadores en La Habana. #USCuba #CubaUs''


Ante el arribo creciente de personalidades norteamericanas al territorio cubano, cabría preguntarse qué esperan hallar esas personas en la Isla, cuando el avión rueda por la pista del aeropuerto internacional José Martí de La Habana, dado el fetichismo mediático internacional, que en Estados Unidos está maximizado, hasta para los asuntos más importantes de su propia ciudadanía.
Ese fetichismo mediático, es cómplice insustituible de la capacidad del sistema capitalista “para reducir las personas a cosas, a objetos pasivos e inconscientes, y no a sujetos activos y conscientes, mientras que, a la inversa, humaniza a las cosas, a las mercancías y a los objetos”. (Sic)
Desde el anuncio del 17 de diciembre de 2014, han corrido ríos de despachos noticiosos, por la victoria del regreso de los cubanos infiltrados en grupos terroristas asentados en Miami, y el anuncio simultáneo de los presidentes Barack Obama y Raúl Castro para iniciar el proceso de restablecimiento de las relaciones diplomáticas.
Por ahora, “Cuba está de moda”, cuando hace mucho debió ser la norma que nadie se sintiera limitado a visitar la Isla, comerciar o intercambiar con los cubanos. En ese punto se evidencia lo antes dicho; hay ejemplos irrebatibles.
Mientras el gobierno cubano es seguido por su pueblo en la apuesta de establecer con Estados Unidos, una “convivencia civilizada sobre bases de respeto a las diferencias”, según las palabras del presidente Raúl Castro, la contraparte, empezando por Obama, no oculta que desean cambiar el sistema, un cínico “cambio de táctica, pero no de estrategia”, que va a ser el escollo más difícil y lamentable en un futuro.
En el cambio deseado por Washington, y esperamos que nunca sea cumplido, los medios actúan disciplinados y en un concierto que no debiera escapar a la comprensión, como que una estrategia, tal cual saben hacer los norteamericanos tiene diversos componentes, y lo simbólico, referido en ese “fetichismo mediático” es infaltable.
Solo algunos analistas cubanos se referían al escenario preparado para el momento de la apertura de la embajada de Estados Unidos en agosto del 2015, a la que asistió el secretario de estado John Kerry: aquellos impecables autos Chevrolet de los años sesenta, alineados en el malecón habanero, fueron un singular anuncio simbólico, para la ruta mediática hacia la cosificación y banalización, con el mensaje oculto de la “Cuba atrasada”, “detenida en el tiempo”, acaso un paraíso por recobrar. Quizás algo de eso traen en mente muchos de los que arriban al aeropuerto de La Habana.
Gobernadores en La Habana
Detenerse en la presencia de estos representantes políticos en la Isla llama la atención por varias aristas. Llegaron antecedidos de una carta de 9 de ellos, que al mismo tiempo que argumentan la necesidad de poner fin al “embargo”, reiteran la idea de cambiar el sistema político cubano por otras vías.
Lo visto y dicho en la Isla por los gobernadores de Nueva York, Texas, Arkansas y Virginia, al respecto del levantamiento del bloqueo y la conveniencia para ambos países, ha estado traspasado por el tamiz mediático, y ellos, proponiéndoselo o no,  han contribuido con el mensaje de que “Estados Unidos ha hecho más por la normalización que Cuba” y que “Cuba no cambia”, como dicen los que han convertido la noticia en negocio.
Sucede, que ni por asomo, el complejo mediático transnacional, se da por enterado de que ni fue Cuba quien rompió relaciones con Estados Unidos, ni la Isla ha agredido al vecino. De todas formas, aunque estos señores puedan o no sucumbir al fetichismo mediático de Estados Unidos y su política injerencista, como políticos algunos saben más de lo que dicen y otros, no.
Por ejemplo, el gobernador de Nueva York, el demócrata Andrew Cuomo, incluyó en su delegación a representantes de la industria médica y biotecnológica; otro tanto, hizo el gobernador de Arkanzas, el republicano Asa Hutchinson, que además de empresarios agrícolas también fue acompañado, por los de la industria farmacéutica. Este es un campo donde saben que cualquier vínculo sería mutuamente ventajoso.
Por otra parte, y esto no lo habrá leído usted en ningún medio transnacional o de Estados Unidos, que uno de esos políticos, gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, parece que se enteró del alcance de la Ley Helms-Burton en la Zona Especial de Desarrollo del Mariel, cuando le hacía propuestas de traer barcos de arroz, a los funcionarios cubanos.
En cambio, el gobernador de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, se pronunció enérgicamente contra el bloqueo de su país a la Isla, durante una visita al Puerto del Mariel, donde se firmó un memorando de entendimiento entre la Administración Portuaria Nacional de Cuba y su homóloga de Virginia.
“Siempre he pensado que el embargo es una política tonta”, dijo en Conferencia de Prensa el Gobernador, donde se mostró complacido por el acuerdo en el que ambos países reconocen el interés mutuo de establecer una alianza para la cooperación.
McAuliffe, tuvo mejor cobertura mediática en Estados Unidos, y el hecho de que solo llegara un memorando de entendimiento, volvió a poner el dedo en la llaga, de lo que ellos llaman embargo, y los cubanos, bloqueo.
No obstante, las manipulaciones continúan, la estrategia de Washington no es inocente, y ellos mantienen todo el aparato de agresión a la Isla, indicado por los fondos destinados en presupuesto para la subversión, entre otras acciones; algo se evidencia en los gobernadores: han sido llamativamente muy inocuos.
Por lo pronto, no sabemos bien qué esperan hallar en la Isla o si han sucumbido al fetichismo mediático, pero que se apuren, incluido Obama, que Cuba ha sido muy enfática en que no dará prioridad a los norteamericanos por sobre otros socios históricos, y hasta hace un mes, más de 400 compañías mostraron interés en invertir en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.

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